Largo de mi casa

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Lo había llevado hasta su departamento, porque en el estado actual en el que se encontraba, no era seguro de que estuviera solo.

Con ayuda del chófer del taxi, lo subieron hasta el sofá, porque era imposible de que Lía sola pudiera hacerlo.

—El alcohol no es la salida —le dijo en un tono bajo, acariciándole el cabello que estaba sobre su frente—. No tienes idea cuánto te lloré cuando me fui de aquí, porque sabía que iba a lastimarte mucho. No creas que para mí fue fácil dejarte, me sentí la peor basura de la vida al hacerlo. Tu mirada, la confianza que me tuviste al dejarme ir a despedirme, calaba todos los días en la culpa. Y cuando me enteré que estaba embarazada de Sasha, se me hizo imposible olvidarte... Desde ese momento supo que toda la vida me acompañarías, aunque ya no pudiera verte.

Lo miró, y luego se inclinó suavemente para depositar un beso sobre sus labios.

—Llevo años intentando regresar, y no podía hacerlo. Jamás te olvidé, Ketall, siu'to vet Shi-e'tu (eres mi esposo), es por eso que no me deshice de tu brazalete, de nuestra promesa. Ojalá hubiese sido mayor al momento de conocernos.

***

Sasha salió de su habitación, rascándose la cabeza, cuando al llegar en la sala vio a Ketall durmiendo en el sofá. ¿Qué demonios significaba aquello?

Sus pupilas se afilaron, y se acercó molesto hasta él, antes de patear el sofá, y sacudirlo sin cuidado alguno.

—Ey, despierta ¿Qué haces en mi casa?

—¿Qué? —pronunció en un tono bajo, cubriéndose los ojos.

—Encima borracho ¿Por qué estás aquí? Largo de mi casa.

—¿Sasha? —preguntó bajando la mano de sus ojos, para verlo con su vista borrosa.

—Eres-

—Sasha —pronunció Lía llegando rápidamente a la sala, tomando a su hijo de los hombros—. Ve a la cocina, cariño.

—No, ¿Por qué éste tipo está aquí? Y encima borracho ¿Qué significa esto, mamá? —preguntó molesto.

—Anoche cuando salí del trabajo lo encontré en el camino, nos quedamos hablando, y-

—¿Y piensas darle una oportunidad? ¿En serio? —la interrumpió furioso—. ¡¿Después de todas las cosas que dijo de ti?!

El jovencito negó con la cabeza y volvió a su habitación, cerrando de un portazo. Lía suspiró y miró a Ketall, que aún seguía acostado, con una mano cubriéndose los ojos.

—Lo siento, estoy haciendo todo mal, ganándome únicamente el odio de Sasha.

—Él está molesto, pero ya se le pasará. ¿Quieres qué te preparé un café?

—Gracias, pero lo mejor será que me vaya... No quiero seguir ocasionando más problemas.

Ella se sentó en el borde del sofá, y luego tomó una de las manos de él, sorprendiéndolo.

—¿Recuerdas lo qué pasó anoche?

Ketall desvió la mirada, permitiendo que ella siguiera tomándolo de la mano.

—Es mentira que los borrachos no recuerdan lo que pasa. Sé muy bien todo lo que dije.

—¿Y es verdad?

—... Sí —respondió luego de una pausa.

Ella se mordió el labio inferior, y luego miró hacia abajo.

—Te espero ésta tarde en el centro, a las ocho, en el bar.

Ketall giró su rostro y la miró sorprendido. ¿Por qué? ¿Para qué quería verlo?

...

En teoría sólo quedaba una parte, pero, creo que la dividiré en dos 🤔

Pd: creo que está imagen lo dice todo 🙊👇 jajaja

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KetallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora