🔥7❄️

1.5K 129 72
                                    

Me pone nerviosa el hecho de que sigamos cogidos de la mano. Soy consciente de que no es nada embarazoso o exagerado, ya que únicamente tenemos los dedos medio entrelazados para ser capaces de pasar a través del gentío sin separarnos. No dejo de mirar su espalda mientras avanzamos, a excepción de que desvío de vez en cuando los ojos a nuestras manos. ¿Alguna vez caminaremos así con total libertad?

Perdida en mis pensamientos, no me doy cuenta de que mis compañeros se han parado delante de una atracción, y mientras Mina da saltos de alegría, Kaminari palidece. Llegamos a su altura y alzo la vista al cartel tenebroso que tiene, e instantáneamente me niego.

-¡Ni de coña!-digo, sin pararme siquiera a pensarlo.

-¿¿Por quéee??-reprocha mi pelirrosa amiga.

-Tengo pánico a la casa de terror.

-¡Pero si nunca has montado!-hace un puchero.

-Y estoy bien sin descubrirlo.

Eijiro comienza a comerme la cabeza diciéndome que me arrepentiré si no subo, Kaminari dice que hasta él se atreve a subir, y Kacchan se contenta con mirarme fijamente.

En parte, quiero montar, porque sé que una vez que lo haga, lo pasaré genial. Pero el pulso me late tan aceleradamente que me niego sin darme cuenta de lo que digo.

-Monta conmigo.-dice entonces Todoroki, detrás de mí. Sorprendida, me doy la vuelta.

Prefiero no decir nada o sino me pondré a gritar que sí, que entonces subo las veces que haga falta. Me muerdo el labio inferior, suspiro, lanzo una última mirada al maldito cartel terrorífico y asiento para darles a entender que iré. Mina suelta un gritito junto con risas, y Eijiro me pasa un brazo por los hombros para tranquilizarme.

-¡Lo pasaremos de muerte, ____!-trata de animarme.

Sonrío instintivamente y miro a los ojos a Todoroki, quien me dedica una pequeña sonrisa, recto y con las manos en los bolsillos.

Nos colocamos a la cola para guardar nuestro turno. Mientras, hablamos de todas las sensaciones que nos provocó la montaña rusa y lo bien que lo pasamos. Omito que mi parte favorita fue sentir la mano de Todoroki en la mía, dándome tranquilidad y permitiéndome disfrutar mucho mejor de la atracción. Me río de Kaminari, que según Mina, el pobre iba casi llorando y ahora desea regresar. Acordamos tentar la suerte y volver justo después de comer.

Cada vez se reduce menos el número de personas que se encuentran delante de nosotros, y por lo tanto, el pulso se me acelera considerablemente. Me sale la risa nerviosa sin quererlo, provocando risa también en mis compañeros. Hombre, si mi angustia les ayuda a sentirse mejor, al menos yo no me sentiré tan mal. Observo a mi alrededor y barro el lugar con los ojos. Hay bastante gente que va y viene. Parejas, familias, amigos...hay de todo un poco.

Mas me termino fijando en un muchacho que camina solo, vestido completamente de negro y con la capucha puesta. No hace precisamente frío como para ir así. Lo observo más detenidamente, y lo que veo, hace que un escalofrío recorra mi columna vertebral. No puedo ver su cara, pero sí una diabólica sonrisa perteneciente a unos labios secos. Doy instintivamente un paso hacia atrás. La vista de su mueca es tapada por varios mechones de pelo celeste que le cubre el lateral. Me suena ese color, pero no caigo en el por qué, y estoy segura de que no es algo bueno.

-¿____?-me saca de mi trance la voz de Todoroki. Parpadeo un par de veces y me giro a mirarlo.-Ya es nuestro turno, ¿preparada?

Le sonrío de manera forzada, pues estoy acojonada. Decido no preocupar a mis amigos con mis paranoyas, pues de seguro no es nada y me estoy preocupando por una nimiedad. Aún con todo, no soy capaz de sacármelo de la cabeza.

Eres Mía, Heroína | 𝖲𝗁𝗈𝗍𝗈𝖳𝗈𝖽𝗈𝗋𝗈𝗄𝗂 𝖷 𝖱𝖾𝖺𝖽𝖾𝗋Where stories live. Discover now