Capítulo Catorce

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Avery Drake

Salgo del vestier luciendo realmente como Hannah Brooks y entro a la zona V.I.P Hoy no llegué tarde pero me tardé bastante arreglándome porque las palabras de ese hombre aún suenan en mi memoria, y está bien, soy más valiente que muchas de mis amigas, pero no quiero enfrentarme a eso, no quiero más golpes, mucho menos perder la conciencia.

Me siento en mi lugar y espero a que llegue un nuevo cliente aunque ruego que no sea el animal de ayer.

La cortina se abre y mi corazón se acelera, pero no es él quien entra, es otro hombre uno con el cabello rojizo que va directamente donde Lydia y le enseña su tiquete por lo que Lydia se va con él, la cortina se abre nuevamente y para mi mala suerte esta vez si es el animal, el olor que proviene de él en serio es asqueroso.

Él se acerca a mí con una sonrisa perversa y yo me hago más pequeña en mi lugar.

—Esta noche vas conmigo preciosa — me dice y quiero gritar, gritar y decir que no pienso irme con él, quiero correr a mi casa y esconderme ahí, sin embargo me levanto de mi lugar y teniendo su agarre fuerte sobre mi voy hasta la habitación con mi nombre.

"Ventajas" de ser VIP es es tener un cuarto personal. El hombre mira el cuarto lleno de juguetes eróticos pero es como si no le viese sentido, vuelve a mi y me empuja hasta la cama, cierro los ojos y le enseño una sonrisa perversa.

—¿Qué quieres hacer? — le pregunto intentando que mi voz suene sexy pero suena más asqueada.

Él se trepa sobre mí dejándome inmovilizada y se acerca a mi y comienza a besarme el cuello, yo me quedo quieta, como la muñeca que soy en en este momento.

—Eres muy bella — dice sin deja de besar mi cuello — Demasiado bella pequeña— dice pero no digo nada—¿Estás muerta? — le oigo susurrar y no digo nada, él levanta la cabeza y me mira sobre sus piernas.

—¡Habla! — dice y como no digo nada la palma de su mano choca fuertemente contra mi mejilla, generando un ruido seco y no puedo evitar soltar un gemido de dolor, el golpe fue realmente fuerte.

Escucho la puerta cerrarse y después una voz masculina muy conocida.

—Hoy te mueres infeliz — dice Kerim tomando al hombre del cuello obligándolo q bajarse de mi —¿Crees que es la forma de tratar una mujer? Eres un cobarde — le dice inmovilizándolo.

El hombre hace un movimiento y se libera del agarre que tiene Kerim sobre él, intenta darle un puñetazo a Kerim pero este lo esquiva fácilmente. Yo me levanto y tomo lo primero que encuentro, es una tabla que normalmente se usa para atarnos, cuando me giro el hombre está intentando levantarse del piso y yo uso todas mis fuerzas para darle un golpe en la cabeza, le doy el golpe y el hombre cae, y yo suelto la tabla espantada.

Abro los ojos sorprendidas y observo a Kerim — ¿Lo maté? — le pregunto y él se acerca a tomarle la pulsación.

—No, está vivo — dice Kerim y se acerca a mí— ¿Tú estás bien? — me pregunta y toma mi rostro en sus manos, me mira un par de segundos y yo aún siento el ardor en mi rostro.

—Sí, estoy bien — le digo y él asiente.

Se acerca al hombre, lo levanta con esfuerzo y lo sube en la cama, yo me hago cerca de la puerta mientras veo cómo le pone esposas al hombre y lo ata a cama con las manos cruzadas .

Kerim camina hasta donde estoy yo y me da la mano, abre la puerta del cuarto y comienza a salir del bar conmigo aferrada a su mano.

—¡Hannah! — me grita —¿ A dónde mierda vas? — pregunta pero es difícil escucharla por lo alta que está la música.

Mírame como soyWhere stories live. Discover now