Mírame como soy

Capítulo Treinta Y Dos

El desespero me llena la cabeza y estoy a nada de comenzar a llorar pero levanto la cabeza.

—No hice nada, te juro que no hice nada, he hecho retrospectiva desde que esto inició y yo no he hecho nada — digo sonando más frustrada se lo que quería pero es que en serio estoy muy demasiado estresada. Está situación de verdad logra estresarme.

—Pero no entiendo Avery, él no es así y no está enojado, porque conozco a Kerim enojado y no lo está.— yo guardo silencio sin dejar de ver a Sahara  mientras hago fuerza para no llorar.

—Lo sé, pero no entiendo qué le sucede — digo.

Sahara guarda silencio un par de minutos y después es como si algo hiciera click en su cabeza. — Tú no hiciste nada, pero ¿Qué hizo él antes de comenzar a portarse así?— me pregunta.

No recuerdo que Kerim haya hecho mucho, pues recuerdo que todo comenzó a cambiar desde mi primer día de clase. Al siguiente día cuando llegué a trabajar ya todo estaba al revés, su saludo fue completamente frío. Desde ahí sólo hablaba de todo aquello que fuese estrictamente profesional. Era muy poco o casi nada lo que hablamos de nosotros en esa primera semana. La segunda semana fue mucho peor porque ahora ya no me recogía ni me llevaba a casa, no respondía mis llamadas en la noche y su saludo se volvio más extraño y esta semana todo va de mal en peor, me llamó señorita Drake.

Piensa bien Avery.

¿Qué pasó el día antes a que todo cambiase?

Nosotros estuvimos trabajando, él estuvo celoso lo que me pareció muy divertido,, después yo tuve que ir a estudiar, en la noche me llamó y le conté a mi día. En mi día no hubo nada que lo hubiese podido ofender. Aunque admito que la forma en que se terminó la llamada fue muy extraño.

—No pasó mucho, el día antes de que comenzara a comportarse de esa forma tan extraña estábamos bien, me dijo mi amor, después terminó la llamada de una forma extraña y al otro día ya todo estaba de cabeza — le digo.

—¿Qué te dijo cómo?— me pregunta.

—Mi amor, fue muy lindo que lo dijera ¿Sabes? — le digo a Sahara y es ahí cuando en su rostro se ve que ha entendido todo. — Explícame — le ordeno y en eso mi celular comienza a sonar.

Es un número desconocido sin embargo contesto.

—Buenas tardes — saludo.

—Eres la peor persona que conozco Avery Drake — dice una voz masculina y una sonrisa se instala en mi rostro.

— Cariño, me encanta escucharte — le digo siendo sincera.

—¿Te da gusto escucharme y por eso desapareciste de la faz de la tierra así como si nada? — me riñe y me río divertida.

—Lo siento cariño, he tenido unos meses demasiado ocupados, pero feliz año nuevo. ¿Ya regresaste a Alemania? — le pregunto y en eso veo que Sahara está revisando su celular.

— Regreso en un par de días y quiero verte, necesito que hablemos porque he oído muchos chismes y quiero que los confirmes o los niegues — me dice y sonrío.

—Claro que sí, dime cómo has estado Ash

— Muy bien, extraño Alemania pero debo admitir que estos meses en Colombia han sido geniales, pero me haces falta grisácea — me dice y me río por el estúpido apodo que decidió ponerme.

—También te extraño Ash, han pasado tantas cosas que quiero contarte, mi mundo está de cabeza actualmente, pero sólo te lo contaré cuando nos veamos — me digo.