CAPÍTULO 3

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ÁNGEL

Llego a mi casa y subo directamente a mi habitación, a pesar de que mi padre me llama para que baje a comer. Una vez arriba saco mi camisa de la falda y desabrocho los primeros botones de ella. Aflojo la corbata y agarro mi teléfono. En ese mismo momento James me llama y bufo.

-¿Si? -no sé por qué estoy enfadada pero lo estoy.

-Vamos para allá, prepárate. - suspiro y aprieto mi mandíbula, a la vez que frunzo mi ceño. -No hagas eso con la cara, no me gusta.

-¿Y porque a ti no te guste voy a dejar de hacerlo? Sabes, tenía pensado ducharme e irme a dormir tranquila hoy, pero al parecer tu familia se ha obsesionado con mi desestructurado hogar, que no hacen nada más que venir sin avisar.

-Ya basta, Ángel. - oigo a su padre decir que me calle y bufo más aún.

-¿Encima nuestras conversaciones no son privadas? Muy bien, James. Es muy bonita la forma en la que te ganas mi corazón.

Cuelgo y voy a ducharme cabreada. Odio a James, odio a su familia, odio a mi padre, odio a todo el mundo en estos momentos. Me despojo totalmente de la ropa y me meto en la ducha. Me dejo calmar por el agua caliente y en cuanto pienso en Hugo una sonrisa invade mi cara. No sé lo que tiene pero me hace querer mirarlo todo el tiempo.

Termino la ducha y me seco el pelo, enrollada en una toalla, salgo del baño y me visto, con un vestido suelto desde la cintura y con un poco de vuelo. El escote es en forma de V y el color del traje es verde. Me miro en el espejo y suspiro, no quiero bajar. Escucho el coche llegar y poco después el timbre.

-¡Ángel! - mi padre me llama y yo me paso la mano por la frente, cansada.

Vuelvo a mirarme en el espejo, arreglo mi pelo y pongo una sonrisa falsa, porque lo que me toca aguantar es grande. Bajo y ahí encuentro a mi padre saludando a la familia Reinold. Llego al último escalón y lo bajo, empezando a saludar a Verónica, al señor y a la señora Reinold y, por último, a James, que intenta darme un beso en los labios pero aparto la cara y le pongo la mejilla, haciendo que me dé el beso ahí. Agarra mis brazos con fuerza y frunzo el ceño.

-¿Acabas de hacerme una cobra? -susurra para que los demás no se enteren de nuestra pequeña pelea.

-No te merecías un beso.

-Ahora mismo te pegaría.

-Hazlo, así me darías más motivos para dejarte.

-Bueno, chicos. Vamos a cenar- anuncia mi padre con una sonrisa.

Nos sentamos y, como siempre, sobra un sitio, el de mi madre. Mi padre nota la ausencia y quita la silla inmediatamente. Sé que no quiere que esta familia se entere de nuestros problemas y cuando Verónica y James me miran agacho mi cabeza.

Mi padre saca el pollo cocinado del horno y lo deja en el centro de la mesa. Poco a poco lo van pasando por todos y cada uno se echa lo que quiere. Empezamos a comer en silencio hasta que el señor Reinold abre su estúpida boca.

-Y...¿Qué tal te va en el curso superior, Ángel? - se echa un trozo de pollo a la boca y sonríe intentando parecer amable.

-Muy bien. Me he adaptado muy rápido-miento y hago lo mismo que él.

James me mira y suspiro, él sabe que estoy mintiendo, lo sabe y por eso tose, atragantándose con un trozo de pollo. Su hermana, a su lado, le da golpecitos en la espalda y le ofrece el vaso de agua que tiene frente a él.

Después de beber agua, posa su mano en mi pierna, puesto que estoy a su lado. Me pongo nerviosa al instante y lo miro, pero él empieza a hablar restándole importancia.

H U G O © [YA EN FÍSICO]Where stories live. Discover now