Danmachi - El Conejo Que Esta Buscando La Felicidad

Mi nueva familia

La búsqueda por una <Familia> comenzó a las 9 A.M.

--para ser la ciudad de los aventureros de seguro es difícil convertirse en uno....

Un suspiro amargo salió de la boca de Bell, durante todo el día solo escuchó comentarios como "Lo siento, te ves muy débil como para meterte aquí" o "los humanos no son muy útiles en el calabozo, menos un mocoso como tú" y un sin fin de insultos disimulados o no por las ultimas dos horas.

–haa... Nope, no conseguiré llegar al final del día a este paso.

Con una mano en la cara, Bell resopló un poco aburrido y preocupado porque sus bolsillos estaban casi vacíos. Tenía que entrar a una <Familia> si o si.

–sin embargo... ¿No me haría algo famoso si entro al calabozo sin una <Falna>?

Una idea iluminó sus apagados ojos rubíes y sus pies se movieron más rápido.

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Primero, Bell tomó rumbo al gremio para registrarse como aventurero.

El gremio estaba en la zona al noroeste de Orario, no muy lejos de la gran "torre del cielo" babel. Su estructura elegante lo hacía parecer un castillo en miniatura, aunque no muy pequeño que digamos, Bell estimó que tenía al menos unos 4 pisos. Se trataría de un lugar intimidante para un chico de las afueras de la ciudad, pero Bell solo aprecio su arquitectura un momento antes de pasar por el enorme arco abierto que tenían como entrada.

–hmm, según esta guía debería contactar con una de las recepcionistas para el registro.

El peliblanco había comprado un libro guía de 1000 valis para conocer el funcionamiento de Orario, desde ubicaciones importantes hasta instrucciones de empleo como el convertirse en aventurero por ejemplo.

--bien, primero tienes que firmar aqui chico.

Había caminado hacia una barra donde una hermosa elfa de cabello castaño esperaba tras una reja de seguridad, Bell preguntó por un formulario de aventurero y, como costumbre de todos los días, la elfa encargada saco una hoja y pluma con tinta debajo de su escritorio.

Solo por si acaso le explico parte del contrato del gremio donde decía que su posible muerte en el calabozo no tendría repercusiones para ellos y que no se encargarían de su muerte o posibles deudas tras perder su vida.

–Aunque no es como que le tenga un especial apego a mi vida.

No hubo una sonrisa pero si un pequeño sentimiento de burla dentro de él mientras asentía a la chica

--entendido.

No lo pensó mucho, no porque fuera alguien descuidado, simplemente no tenía problema en aceptar esa clase de riesgos.

Los Aventureros eran, después de todo, aventureros. No había otra forma de decirlo más allá del nombre del empleo.

Eran personas dispuestos a morir por sus objetivos, algo que no estaba muy lejos de la personalidad del chico.

Una vez que terminó se apresuró en deslizar la carta de inscripción por debajo de la abertura de la reja.

La elfa se ajustó los lentes y dio un pequeño vistazo por curiosidad, ya que Bell se veía muy joven... Y un poco apuesto.

Carta de registro:

Nombre: Bell cranel

Edad: 16

Ocupacion anterior: ninguna

Familia: <vacío>

Raza: humano