¢αρíтυℓσ 27

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+Haciendo las pases+

Ambos chicos se dirigieron una mirada incómoda y se acercaron para hablar. La azabache agachó su cabeza y abrazó su propio cuerpo en busca de consuelo. Ni en sus peores pesadilla habría pensado en encontrarse en ese momento, enfrentando una aventura de dos adolescentes que se habían dejado llevar por sus hormonas, una situación que hasta entonces no los había dejado tranquilos, cuyo único remedio sería hablar, y darle un fin a esa historia que comenzó con un juego, y un beso.

-Escucha, Adrien yo... Lo siento.

-No, Marinette.

La chica levantó su vista, sorprendida y temerosa de la reacción de su amigo, suplicaba mentalmente que el chico no se rehusara a hablarle o siquiera a dirigirle la mirada por todo el daño que le había causado. El rubio estaba abrumado por sus sentimientos y un corazón inquieto que pedía a gritos regresar a los brazos de la chica, pero se contuvo y se mantuvo firme en su misión de hablar y sepultar el pasado. Se aproximó a la azabache y la tomó por los brazos, provocándole un ligero sonrojo.

-No tienes nada por qué disculparte- Continuó el rubio- Yo tengo toda la culpa. Yo empecé todo esto sabiendo que tu estabas con Luka, jamás debí haberte involucrado. Siempre has sido mi mejor amiga, y quiero que siga siendo así.

-Entonces... ¿No estás molesto?

-No, Mari, solo quiero que me perdones.

La chica guardó silencio por un momento, pensativa, hasta que finalmente se decidió por una respuesta.

-No hay nada que perdonar, ambos cometimos errores, solo fuimos dos niños que se dejaron llevar. Pero...

-¿Pero?

-Tengo una duda.

El rubio asintió, esperando expectante a lo que diría la azabache.

-Lo que dijiste ese día... ¿Era cierto? -hizo una pausa, sacando coraje- ¿Me ves como algo más que una amiga?

El chico se separó y llevó una de sus manos a su nuca, dándole a entender a la chica que entendía a lo que se refería. El día en que ambos habían abierto su corazón al otro, le confesó sus sentimientos a la azabache, que de alguna forma fueron correspondidos, un recuerdo que ahora sólo causaba dolor en su pecho. El chico tragó duro y frunció el ceño, esa pregunta lo había dejado entre la espada y la pared. No quería mentir, no podía, no tenía el valor, pero tampoco quería continuar tensando la situación entre ambos, lo único que le quedaba era esconder sus sentimientos.

-Marinette- Llamó su atención - ¿Podrías prometerme algo?

-S-sí- Musitó aún nerviosa mientras aguardaba la respuesta.

-No volvamos a hablar del tema, por favor.

La azabache suspiró y revolvió su cabello con sus manos antes de contestar. El chico no había respondido la pregunta, y por alguna razón, su corazón amenazante le exigía una respuesta, pero ya estaba exhausta. Quería a su mejor amigo, a su compañero aventuras, de penas y alegrías, de vuelta, lo necesitaba, y si tenía que ignorar a su corazón y callar las incesantes preguntas que alborotaban su mente y alma, lo haría. Todo con tal de tenerlo de vuelta.

-Está bien. Entonces... - Dijo acercando su mano al rubio con el meñique extendido- ¿Amigos?

-Amigos- Afirmó el rubio, correspondiendo la seña, sellando la promesa.

Se sonrieron y finalmente se lanzaron a los brazos del otro, al fin podrían estar tranquilos. Todo había terminado.

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Sé que es corto, pero estuve un poco complicada, y tampoco quería terminar publicando las 2 actualizaciones semanales el mismo día, pero buee, qué le vamos a hacer, son cosas que pasan.

Voy a tratar de escribir más para el capítulo que viene.

Gracias por leer💕.

El día que robaste mi corazón (Adrinette) [Pausada]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang