Décimo Octavo Acto.- La gigante y la poesía

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Un suspiro cansado se escuchó en aquella habitación, Yumiko estaba un poco cansada de pensar una manera efectiva para que Inosuke quiera escribir más y no sea conformista. 

"El tiempo se acaba y si no lo logra..." 

La pelimorada negó con su cabeza, ella sabía que por el bien de Inosuke no se iba a rendir, ella era muy capaz de enseñarle a leer y escribir. Su mirada grisácea se llenó de optimismo y decidió levantarse de su futón. 

"Lograré convencerlo"


Por otro lado, el muchacho se encontraba en su cómoda rama mientras leía su libro con mucha emoción. 

"Entonces... El gran dios de la montaña saltó a espaldas del guardián... pero este no se asustó" 

—Ese bastardo es muy valiente— Dijo con una sonrisa de lado mientras su mano pasaba la hoja y observaba el respectivo dibujo. 

Su sonrisa aumentó al verlo con sus espadas, rayos que era algo que extrañaba pero al menos el dibujo le subía el ánimo, pero sus verdosos ojos observaron al otro lado y vio algo que le llamó la atención y era el atuendo del guardián, se le hacía conocido. 

—Tal vez...— Su mente estaba acostumbrada a pensar más y se esforzó para encontrar las palabras adecuadas— No tengo ni puta idea, solo es mi imaginación— El muchacho bajo la máscara rió satisfecho por hablar más "coherente". 

Pero su momento de júbilo se vio interrumpido por una tenue luz que venía de la casa de la gigante, tuvo que cerrar el libro y de manera inmediata bajó de su rama. Se le hizo curioso que una luz estuviera flotando entre la oscuridad de la casa, entonces Inosuke hizo una conexión absurda. 

"¡Es el guardián! ¡Debe ser ese bastardo!" 

Y pues apresuró su paso hacia el espíritu del guardián, el pelinegro con puntas azules no dejaría que lastimara a la debilucha de Chumiko porque... ella ya es débil y no puede defenderse, es su responsabilidad mantenerla a salvo. 

"¡Porque es lo que un hombre hace!" Pensó mientras resoplaba con fuerza bajo la máscara de jabalí. 

Sigilosamente entró a la casa y observó como la luz se perdía al final del pasillo por lo que caminó rápido y sin hacer ruido, él atraparía en sus manos al guardián y lo retaría a una pelea para demostrar que él es más fuerte. Y de paso, aprovecharía para que deshaga la magia y poder salir de ese bosque raro junto con Yumiko. 

Porque ella es parte de su manada, y se sentiría mal dejarla atrás. 

"¡Concéntrate!" Se regañó el mismo joven mientras enfocaba su energía para activar su sexto sentido y observar más allá de lo vidente, pero los segundos que tuvo sus ojos cerrados tratando de buscar al guardián, observó algo más raro y le importó poco hacer ruido mientras corría. 

Inosuke abrió con muchísima fuerza la puerta corrediza de su salón de estudio y gritó al instante. 

—¡ALÉJATE DE CHUMIKO!—

—¡¿Inosuke-— Yumiko estaba subida en una pequeña escalera, pero el grito del joven la asustó y su pies perdieron el equilibrio. 

Yumiko cerró sus ojos mientras abrazaba con fuerza la caja en sus manos, esperaba el golpe contra el suelo. 

Esperó varios segundos y no sintió nada. Abrió temerosa sus ojos grises y observó una máscara de jabalí muy cerca. 

—¡Ten más cuidado, maldición!— Dijo totalmente enojado el muchacho. 

【Ens é ñame】 - [Inosuke  ̶H̶a̶s̶h̶i̶b̶a̶r̶a̶ Hashibira]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ