Capítulo 15

4.6K 148 56
                                    

Narra Vane

-Me van a dejar el vehículo ahí y van a salir con las manitas arriba, donde las pueda ver, ¿estamos?- Pronunció una muchacha mientras nos apuntaba con un arma.

¿Os preguntáis cómo llegamos a esto, verdad?

Pues, luego de la cita maravillosa en las sierras, regresamos a mi casa y decidimos hacer el mismo juego de guardar la motocicleta de igual manera que la habíamos sacado, pero no contábamos con encontrarnos con esa muchacha, que ni siquiera sabíamos quién era. De nuevo hicimos ruidos al entrar y evidentemente la alertó porque apareció en una fracción de segundo.

En fin, así estábamos, cara a cara con la tía, saliendo a paso lento del garaje de ¡mi casa! con las manos elevadas como pidió.

-Oye, no es lo que crees.- Dije.

-Pues lo arreglaremos cuando lleguen las autoridades.-

-¿Qué sucede aquí?- Preguntó Nali apareciendo.

-Pos nada, mi teniente, que aquí estas señoras estaban tratando de robarse una moto.-

-Oye, ¿señoras? Hija, tampoco.- Dije con cierto aire de broma intentando relajar el ambiente, Mónica estaba muy seria.

-¿Vanesa, Mónica, que sucede aquí?- Ana entró en escena en tono alerta. -Baja el arma, tía, ¿qué te pasa? Ella es la dueña de la casa.-

-Aaaaaah, pos me hubieran avisado.- Respondió la muchacha al tiempo que guardaba el arma. -Lo siento, la costumbre.-

-¿Estáis bien?- Preguntó Ana.

-Sí, sí, pero Ana, ¿qué cojones es esto?- Cuestioné con bastante enojo, debo admitir.

-Yo puedo explicarlo, disculpen. Ella es Paulina Mitchell, comandante de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y mi mejor amiga.- Explicó Nali.

-Mucho gusto, señoras.-

-Y dale con señora.-

Sentí un pequeño pellizco en la espalda por parte de Mónica, pensé que bromeaba, pero seguía seria.

-Pido disculpas por mi carnalita.- Expresó Nali.

-Pos ¿cómo iba a saber yo que estas viejas no estaban robando? Si entraron como ladronas.- Expresó Paulina indignada.

-Óyeme, señora es una cosa, pero ¿viejas? niña que tampoco...-

-A ver, a ver, a ver, ¿podemos calmarnos un poco? Entremos a la casa y ahí nos explicáis que cojones hacíais así, ¿vale? Que hace mucho frío y no quiero que nos pasemos toda la noche aquí afuera.- Interrumpió Ana.

Ana, Nali y Paulina se adelantaron a la casa, pero Mónica se mantuvo estática, sin reacción.

-Oye, ¿estás bien?-

-Sí, sí, es solo que me ha impresionado, solo eso.-

Miró al suelo y tomó aire, se la notaba bastante asustada, me acerqué a ella y la abracé.

-No pasa nada, ¿vale? Tranquila.-

Afirmó y me abrazó con fuerza, nos quedamos un rato bastante prolongado hasta que se tranquilizó y entramos.

Narra Mónica

Aquello me había asustado muchísimo, lamentablemente me removió algunos recuerdos desagradables. Me costó un poco ponerme a tono con las charlas, lo que evidentemente Vanesa notó, porque me cogió la mano por debajo de la mesa y la sostuvo hasta que me relajé, cosa que por supuesto agradecí, me dio gusto saber que notaba esa clase de cosas y tenía ese tipo de detalle, que parecía insignificante, pero en realidad significaba mucho.

Vánica. El tiempo todo locuraWhere stories live. Discover now