IV

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La rutina volvió a ser la misma, y en mes y medio que había pasado desde que entró, tan solo pudo enviarle a TaeHyung unos tres mensajes, por supuesto, resumiendo todo lo que podía y ponerle al día

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La rutina volvió a ser la misma, y en mes y medio que había pasado desde que entró, tan solo pudo enviarle a TaeHyung unos tres mensajes, por supuesto, resumiendo todo lo que podía y ponerle al día. Las cosas se ponían más duras, y de hecho, durante ese tiempo, un pánico colectivo comenzaba a crecer a medida que los rumores avanzaban.

Una supuesta amenaza de grupos armados exteriores había sido hecha, SeokJin no estaba tan seguro de ello, al fin y al cabo son solo eso: rumores. Sin embargo, esa extraña sensación no se había ido, y de vez en cuando las pesadillas regresaban en las madrugadas. Ese era el momento en el que empezaba a extrañar aún más a TaeHyung; en este lado de la sociedad no se permiten los niños llorones, se suponía que estaban formando a hombres, a "machos", por lo que aparte de su cobardía había tenido que intentar ocultar también su orientación sexual.

«Hey, rulitos...»

Dijo en una exhalación mientras se sentaba al borde de la cama, exhausto por todo. El reloj marcaba el mediodía, y afortunadamente pudo escaparse un rato para dejar otro mensaje.

«No tenía ni idea de cuánto podría consumirme esto, o hasta qué punto podía destrozarme física y emocionalmente; si antes tenía ojeras creo que ya debo parecer un oso panda...»

Restregó con sus manos la cara, aún manteniendo el celular en la oreja y luego miró fijamente la tela de la carpa, que se movía con brusquedad debido a la tormenta que al parecer se avecinaba.

«Rulitos... ¿sabes? Odio todo esto. Soy uno de los más inútiles del batallón; no sé tomar perfectamente bien un arma, en los combates suelen regañarme por no ser rudo. A veces, me duelen tanto los dedos que me cuesta jalar el gatillo cuando debo disparar hacia algo... pero ellos no entienden eso.»

Su voz se quebró en la última frase, y podía sentir cómo la tristeza, la impotencia y la frustración crecían en su interior.

«Me siento tan frustrado... extraño estar en casa, me hacen falta mis hermanos... todas aquellas cosas que consideraba menos y tenía en segundo plano empiezo a tomarles valor. Preferiría estar en casa muriendo de aburrimiento en vez de estar aquí muriéndome de pena moral.»

Un sollozo se hizo presente en el lugar; quería ver a las personas que quería, no simplemente hablar con ellas. No valoró suficiente las cosas cuando tuvo oportunidad; probablemente tampoco nunca valoró ni entendió lo que sentía TaeHyung. Si sus hermanos demandaban atención no quería ni imaginarse cuánta más la anhelaba él, ¿a fin de cuentas... realmente fue su culpa?

Con ese pensamiento apretó los labios, tratando de calmar los hipidos incesantes que producían su garganta.

«Esto es horrible, no me gusta estar aquí. El miedo comienza a ser colectivo, y es horrible también tener que pasar horas de la noche y del día vigilando los alrededores porque se supone que estamos amenazados.»

Demasiado Tarde [ JinTae ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora