10° Sobresaltos

2K 116 49
                                    

10º Sobresaltos

Cuando el carruaje llegó a los lindes de los terrenos de Pemberley, Fitzwilliam se relajó, llevaba todo el viaje observando a su esposa, que dormía recostada sobre sus rodillas. Aunque parecía estar bien, había momentos en los que se removía inquieta, y otras veces gimoteaba en sueños llamándolo.

Odiaba a Collins con todo su ser. No podía comprender como alguien era capaz de hacer las atrocidades que había narrado y no sentir ni un ápice de remordimiento, y se alegraba de que estuviera encerrado y lejos de ellos.

Lizzy se removió de nuevo levemente, de manera involuntaria colocó la mano sobre su vientre y soltó un leve gemido. Alarmado, colocó su mano sobre la de ella, y notó como el bebé se movía sin parar, dando patadas a diestro y siniestro, y al notar el calor que desprendían las manos de sus padres dejó de moverse, haciendo que Lizzy se calmara. Darcy dio un gran suspiro.

-Debes intentar serenarte un poco, sino la pondrás nerviosa.

-No puedo evitarlo, el doctor dijo que el dolor había desaparecido, y sin embargo, se queja de vez en cuando- Explicó con nerviosismo.

-No, el doctor dijo que las contracciones habían desaparecido, pero recibió varios golpes y cogió mucho frío- Intentó calmarlo- El dolor que siente es normal tras todo lo sucedido- Alargó la mano hacia la de su hermano, transmitiéndole calma- Los dos están bien, ¿de acuerdo? Así que cálmate, ella necesita que le demos seguridad.

-Tienes razón- Suspiró de nuevo- Espero que la llegada a Pemberley nos ayude a ambos.

La calesa paró frente a la gran casa, Georgiana descendió en primer lugar, siendo recibida por Jane, Mary y el señor Bingley. De inmediato, con sumo cuidado, descendió Darcy, llevando a una Elizabeth dormida en volandas. Cuando Jane y Mary vieron el rostro de su hermana amoratado se escandalizaron.

-¿Qué le ha sucedido?- Preguntó Mary aterrada- ¡Menudos cardenales lleva!

-¿Quién se ha atrevido a agredirla de forma tan cruel?- Continuón Bingley viendo a Jane horrorizada.

-Un lunático que estaba al servicio de mi tía y que además es pariente vuestro.

-¿Pariente nuestro- Preguntó Jane a su cuñado- ¿Qué pariente nuestro?

-¿Te suena el nombre de Collins?- Al nombrarlo Jane palideció, e incluso tuvo que sujetarse de su hermana y de Bingley para no caer de la impresión.

-¿Nu... Nu.... Nuestro primo Collins?

-El mismo- Le aseguró- No es un tema que debamos hablar aquí, dejaré a Elizabeth en la cama con la señora Reynolds cuidando de ella y acudiré al salón y os lo contaré todo.

Los tres asintieron y le dieron paso, y después se dirigieron al salón junto a Georgiana, que pidió unas tisanas para las hermanas de su cuñada, que no salían de su asombro. Cuando Darcy entró unos minutos después, se sirvió una copa de brandy y deambulando por el salón, les explicó todo lo sucedido, incluido lo que habían descubierto sobre el incendio. Ante eso, Mary se puso muy pálida y comenzó a temblar, Georgiana la abrazó con cariño, intentando consolarla, y Jane no pudo evitar ponerse a llorar. Al verla de aquel modo, Bingley no pudo evitarlo, se acercó a ella y la abrazó hasta que se calmó un poco minutos después.

-Sabía que no era un buen hombre, pero jamás creí que pudiera llegar tan lejos- Susurró, aun conmocionada- ¿Está seguro de que no podrá salir del sitio al que lo han mandado?

-Eso me ha asegurado el magistado, y solo por eso no lo he llevado ante un juez para que lo ahorquen- Dijo con asco- Aun así, pediré informes sobre él con frecuencia, para asegurarme.

Matrimonio de ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora