Serie de one shots (4 días) dedicados a la Kiribaku week 2020
•Mención de otras parejas.
•Créditos a Kohei Horikoshi por My Hero Academia.
•Créditos al autor del fanart de la portada (si saben quien es díganme porfaaa)
La piel de gallina empieza a aumentar El momento en que mi mano izquierda se encuentra con tu cintura Y entonces veo tu cara Pongo mi dedo en tu lengua Porque te gusta el sabor.
— Sweater Weather, The Neighbourhood.
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Estupido Deku.
Maldita la hora en que se había dejado engatusar por el estúpido grupito de RH que manejaba Izuku, la cara redonda, el cuatro ojos y la cola de caballo.
Vale, sabía perfectamente que el capital humano era el principal activo de la empresa, de nada le servía tener todo el material, maquinaria y productos ya terminados si no había quien realizará todo el proceso de principio a fin; pero de eso a tener que participar en los jodidos programas de integración... era una cosa muy distinta, todos en el lugar conocían su carácter y sabían perfectamente que no se prestaba ni siquiera para participar en las partidas de pastel cuando alguien cumplía años.
— Tienes que hacerlo Kacchan — le había dicho Izuku con ese tono chillón que usaba al hablar con él, como si le estuviera hablando a un bebé llorón y berrinchudo — eres el encargado de uno de los principales departamentos del área, eres la columna vertebral de esta empresa, si tu equipo de trabajo no está unido, la productividad disminuirá e inclusive la calidad de los productos, ¿quieres que tus hermosas creaciones parezcan sacadas de la basura?
— Dile a cara de mapache que lo haga.
El rizado frente a él se apretó el puente de la nariz con los dedos en señal de frustración.
— Kacchan...ya lo habíamos hablado en la reunión anterior, nada de seguir llamado a las personas por apodos — exhalo un suspiro — de todos modos, no es una pregunta, Yagi ha dado la orden, el mismo se encargará de evaluar la actividad.
Definitivamente no podía mandar a la mierda a su jefe como lo había hecho con Deku al salir de su oficina.
Estaba cabreado, no, mucho más que eso, la actividad le parecía una mera tontería, ni que la empresa se dedicara al giro alimenticio como para hacer concursos de comida. Con todo eso solo desperdiciaría tiempo valioso, suyo y de sus subordinados.
Tan pronto como entró a su área de trabajo el ruido que había comenzado a escuchar al acercarse se terminó, todos aprovechaban que no estaba el jefe para ponerse a cuchichear.
— ¡Tú!— gruñó al primero que sus ojos captaron al entrar — en diez minutos quiero una lista de todos los que trabajan en esta área.
Tan pronto como terminó de hablar se encerró en su oficina, ya tenía demasiados pendientes como para venir a acumular más a la lista, nunca pensó que el trabajo de sus sueños iba a ser tan cansado.
La puerta de su oficina sonó y fue abierta, una muchacha de cabello rosado y esponjoso entró sin esperar a que le contestaran.
