III

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El salón de clases estaba casi completo, es curioso pero resulta que hasta que pretendes controlar a tus enemigos es cuando te tomas el tiempo de ver donde se sientan.

Allí estaban todos en sus lugares o frente a sus respectivos amigos, aunque aún faltaban unos minutos, era viernes así que tenían que planear que harían con sus amigos al salir, con que chicas o chicos quedarían y donde beberian. Claro nunca nadie lo invitaba...
Error, una vez Cartman lo invito por que de hecho exigía que le pagara sus bebidas por el "gran honor de ir con él"  ah, una vez recuerda que Kenny le invitó a jugar basketball con los chicos por que les faltaba uno en el equipo, y luego Stan dijo "Ya no le digas, irá Topo".

...Es verdad, ¿y Kenny aún no llegaba?

Volteó discretamente topandose con la mirada de Craig que estaba conversando con Tweek.

–¿Qué me miras, Butters?–dijo el chico del chuyo.

–Na-nada, buscaba a Kenny.–volteó rápidamente, pero al menos se percató de que en efecto no estaba.

Esperaba que no hubiera vendido sus cosas en lugar de dárselas a su linda hermana, aunque daba igual, si con eso podía comprarse un almuerzo o algo.

Aprovechó el tiempo para cargar los datos de la tarjetas en sus cuentas de compras, qué importaba su fondo para la universidad, igual con título o sin el, si se quedaba en South Park como querían sus padres, sería el licenciado que haría todo el trabajo de un abusivo como Cartman o de un abusivo como los chicos de años superiores, mejor asegurarse un futuro donde al menos esas personas ya no andarán tan confiados.

Llegó el profesor y como acostumbraba primero empezó borrando el pizarrón los apuntes del profesor pasado.

Kenny llegó corriendo al salón, al ver al profesor ocupado decidió aplicar la de "me voy" y no la de "apenas llegué".

Empezó a caminar al revés haciendo ruido suficiente con la puerta para que el profesor se diera cuenta.

–McCormick ¿a dónde cree que va? Siéntese.

Kenny volteo con un puchero fingido, que cambió a una sonrisa triunfal cuando el profesor siguió en lo suyo.

Tomó su lugar entre Butters y Kyle.

–Hey Kenny ¿qué te pasó?–el pelirrojo le señaló el rostro.

–Ya sabes, lo de siempre. Chicas que tienen novio violento.–tocó su nariz que lo cubría una bandita de hello kitty que su hermana le había puesto.

–De acuerdo...–Kyle quizá era el más inteligente de los cuatro chicos, y él conocía a todos, hasta cuando mentían. Pero sabía que Kenny era muy abierto a todo y si esta vez no lo fue, era porque algo malo de verdad había sucedido.–¿saldrás hoy a casa de Stan? Iremos a jugar videojuegos.

–No, lo siento, hoy empecé a trabajar con el chino de city wok.

Kyle asintió lentamente. Si Kenny venía golpeado, mentía y además trabajaba, era el fin del mundo o de verdad se metió en algo grande.

Llegaba el último en la lista y además golpeado, alguno de sus romances al parecer escuchó Butters.

Daba igual, esas cosas pasan cuando uno está detrás de mujeres con compromiso.

La clase estuvo llena de comentarios racistas, su profesor un alemán que cada que podía enviaba mensajes ofensivos a Kyle, Token o Craig o cualquiera que no considerará un raza anglosajona aceptable.

Al terminar las clases se levantó para correr hacia los baños, su maldita vejiga que lo traicionaba, rogaba no hubiera nadie, en especial los chicos del día anterior.

Misterioso CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora