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Jeff no fue para nada delicado, incluso creo que fue mucho más violento que la primera vez que me violo. Esa noche lleno mi cuerpo de chupetones y mordidas, algunas de las marcas eran tan profundas que la sangre se escapa de mis heridas.

Mancillo todavía más su antiguo hogar, de forma lasciva, asquerosa... no quería ni imaginarme lo que sentirían las almas en pena de su familia si vieron el espectáculo, seguramente hizo eso para terminar de perturbarlas, al igual que a mí.

Mis piernas quedaron débiles, y sentía que pronto perdería la consciencia, sin embargo, logre soportar el cansancio de mi cuerpo y no dormirme.

La ropa estaba esparcida por el piso de aquella habitación, tanto la mía como la suya.

El único lugar que había para descansar era un viejo sofá en la sala, el cual era amplio. Ahí fue donde terminamos luego de variadas sesiones de "aquello". Jeff me obligo a recostarme junto a él, me tenía abrazada desde atrás, por lo que sentía su respiración en mi nuca... caliente, incomoda.

Me encontraba desnuda entre sus brazos, y él también estaba en el mismo estado. Quería soltarme con desesperación, pero me sujetaba por el abdomen, posando su otra mano sobre mi pecho. Era muy incómodo sentirlo detrás de mí, aun sabiendo que hace al menos unos diez minutos no menciona ni una palabra. No sabía si se encontraba dormido, pero esperaba que así fuera... necesitaba un momento a solas conmigo misma.

Odiaba pensar que nadie vino a ver que estaba sucediendo, ni siquiera cuando escucharon mis gemidos llenos de dolor. Quería convencerme en que los vecinos estaban bastante alejados, tal vez y por eso no escucharon el desastre que ocurrió en este lugar.

Era madrugada, sé que no llevamos aquí ni cuatro horas y eso que la última vez que vi la hora fue al entrar a este barrio, todo gracias a esos relojes electrónicos que ponen en algunas partes de las ciudades.

"Tengo frió..."

-Seguramente serán las 2:30 am aproximadamente... otro día sin verlos...- suspire, ocultando mi rostro entre mis cabellos marrones. Las lágrimas se derramaron como una cascada, estaba llorando, liberando un poco de todo lo que estaba sintiendo. De manera silenciosa dejaba salir mis emociones mientras observaba con tristeza mis brazos delgados, llenos de moretones.

"Debo verme terrible... con esa fea cicatriz y ahora mi cuerpo completo"

Intente moverme un poco, sofocada de sentirlo a mi lado, pero Jeff afianzo su agarra y me atrajo más hacia él, dejándome resignada a no alejarme. Podía sentir el pulso calmado de su corazón golpeando contra mi espalda, al igual que su respiración tranquila, como la de una persona profundamente dormida. Era extraño que durmiera tan cómodo... era injusto que el pudiese dormir mientras que yo intentaba no bajar la guardia, y aguantar el cansancio de mi cuerpo.

Volví a moverme un poco más, pero él no cedía y eso me hacía dudar.

Toque su brazo, precisamente el que me tenía sujeta por el abdomen, esperando que hiciera otro movimiento, pero no lo hizo. Unos susurros muy débiles comenzaron a salir de su boca en cambio, inteligibles la mayoría, haciéndome fruncir el ceño impaciente.

"¿Qué dice?"

-P-perdóname...Li...u...ugh-Escuchaba atentamente aquellos lamentos que decía una y otra vez, algo que simplemente no entendía. Me preguntaba qué era lo que paso en verdad para llegar a esto... ¿una enfermedad? Claro, Psicológicamente Jeffrey no estaba bien, era un bastardo enfermo. Sin embargo, creía que había algo más, algo oscuro que paso en el pasado.

Destrozados recuerdos [FINALIZADA]Where stories live. Discover now