Recobrando el control

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Cuelgo el teléfono justo cuando escucho la puerta de abrirse. He estado como un loco intentando hablar con el hospital, intentando localizar a Byakuya ya que no me permitían acercarme a verlo, pero por fin, parece que ha regresado y eso me da más miedo aun.

Me asomo a la entrada con Sakura en brazos y lo veo descalzarse con suma tranquilidad. Cuando por fin sus ojos se alzan y me mira, siento un escalofrío que hacía mucho que no sentía. Ahí está. Mi forense frio y distante, a la vez que hermoso y provocativo. El hombre que logró que fuera incapaz de mirar a otro de la misma forma.

-Estaba intentando localizarte. Quería saber como estabas, pero en el hospital no me decían nada.

-Ya ves que estoy perfectamente.- Dice acercándose para ver a la pequeña que se retuerce en mis brazos. En cuanto lo tengo a escasos centímetros su aroma me golpea.- Hola pequeña.- Le susurra a la vez que la toma en brazos y pasa por mi lado.- ¿Cómo han pasado la noche?

-Bien. Bueno, Akane sigue con un poco de gases, pero mejor.- Observo como camina hasta el carrito donde esta nuestra otra pequeña y la acaricia suavemente.- Byakuya...

-Tenemos que hablar.- Dice quitándome las palabras de la boca y mirándome serio tras dejar a Sakura junto a su hermana. Trago saliva y siento como mi corazón se dispara. Esto no puede ser bueno, pero no puedo permitirme perderlo.

-Se que lo sucedido fue culpa mia.- Digo antes de que hable. La voz me sale algo nerviosa y él, sin embargo, parece sumamente tranquilo, lo que me pone aun más nervioso.- Dios, Byakuya. No te imaginas lo preocupado que me tenías.

-Ya no tienes porque estarlo.- Dice dejándose caer hacia atrás en el sillón y suspirando.- Ya no soy problema tuyo, Renji.

Sus palabras me golpean, pero no tan fuerte como la mirada que las acompaña. Joder, es como si todo lo que nos unia, todo lo que sentía hacia mi hubiera desaparecido.

-¿Cómo que no eres problema mio? Yo te quiero. Quiero...

-Egoismo.- Dice cerrando los ojos unos instantes, luego se incorpora un poco y me mira directamente.- Ese es tu problema, Renji. Solo piensas en ti, en lo que te importa, en lo que quieres. Lo que hiciste fue algo realmente irresponsable. No solo porque hiciste que se me adelantara el parto arriesgando la vida de las niñas sino que tambien me pusiste en peligro a mi.

-Lo sé. Pero el celo...

-Me refiero a cuando me marcaste.- Eso si que no me lo esperaba y me hace abrir los ojos de par en par.- Soy consciente de que a ambos nos sorprendio la intensidad del celo y tambien soy consciente de que, todo lo que sucedió después, fue producto del efecto de la marca.

-¿Qué?¡No! Yo jamas la use contigo.

-¿Ah, si?¿Ahora eres un experto en marcas?- Dice con cierto tono irritado e ironico. Yo lo miro más serio e intento controlarme lo máximo posible.

-No. No lo soy. Pero sé que no la usé contigo. Lo que sentí, lo que sentimos fue autentico. Yo... aun lo siento.

-Pues yo no.- Dice asestandome un golpe tan fuerte que tardo varios segundos en conseguir que mi cerebro hile algo lógico que decir.- Me he dado cuenta tras cortar esos lazos. Ahora vuelvo a ser yo mismo. A pensar por mi mismo, sin influencias de nadie. Por eso puedo decirte claramente y sin dudas, que lo nuestro ha terminado. Jamás debió suceder, pero...- Dice mirando hacia el carrito.- Sucedió y las consecuencias no se pueden borrar.

-Vas a pedir la anulación de mi adopción ¿verdad?

-No.- Dice sorprendentemente tranquilo.- Durante el embarazo sentía que tu eras su verdadero padre y el hecho de que, tras su nacimiento, siguieras mirándolas como si realmente fueran tuyas, hizo que fueras el mejor candidato para ello.- Aprieto las manos ante su forma de hablar, tan fría y distante, casi como si nada de esto le importara en absoluto.

Nuevo Mundo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora