Corazón Roto

CAPITULO 34: CHARLAS SIN SENTIDO

Miércoles once de la mañana Hotel Royality habitación 234 y el aun no llegaba Xiao Zhan no quería molestarlo pero los nervios y la sensación de ser plantado y la burla de Henry y Wang Yibo lo carcomían, pensó que si lo dejaban plantado era una clara señal de no quererlo cerca y ya había dado su palabra de no acercarse, pero aun y con su corazón doliendo, nervios a flor de piel estaba ahí de pie esperando a que su amado llegara, tenia de dos; Se alejaba de los enamorados o simplemente seguía ahí, al menos quería ser su amigo a quien engañaba era claro que lo que menos quería era ser su amigo estaba dispuesto a esperar por su Didi por el resto de su vida aunque lo tuviera lejos, algún día su Didi lo perdonaría de corazón, así de revueltos tenía sus pensamientos se sumergió tanto en ellos que no se dio cuenta que el hombre de veintinueve años lo observaba desde el marco de la puerta.

Por su parte Wang Yibo había llegado desde las diez de la mañana al hotel, llego con la idea de dejar un recado a la persona que vería ese día, pero pensó que sería una acción muy cobarde de su parte tenía que ponerle un alto si o si de una buena vez a toda la situación Xiao Zhan ya no se podía seguir arrastrando por él no podía permitir que su mayor perdiera su poca dignidad ante su persona, no es que no sintiera nada al contrario lo amaba y lo tenía muy en claro pero también tenía en cuenta que no podían volver a estar juntos, al menos ya no en esta vida le había causado mucho daño y siendo sincero estaba mejor sin él, recordaba todo el dolor que este le provoco, el daño fue físico como psicológico se había prometido ya no llorarle más, pero su sufrimiento fue tanto que aun y después de siete años le sigue doliendo quizás ya no como antes pero le sigue doliendo, también tenía en cuenta que debían hablar para sanar heridas, heridas que ambos tenían y no cicatrizaban todavía y quizás solo quizás podrían perdonarse mutuamente, uno por el dolor causado y el otro por permitir que su mayor se humillara. Wang Yibo después de siete años seguía sintiéndose culpable pero es que su corazón era tan puro sin rencores y para ya no tener ese clavo en el corazón decidió quedarse a esperar que la otra persona llegara para hablar las cosas que en su debido tiempo no hablaron, al momento de llegar a la habitación encontró a su antiguo amor sumergido en sus pensamientos incluso en el último momento dudaba en cruzar el arco de la puerta para hablar con la persona que tenía a unos metros de distancia ya era demasiado tarde ya estaba ahí, no podía dar marcha atrás, no podía ser un cobarde como Xiao Zhan lo fue con él hace siete años, así que se decidió a ser el quien comenzara con la conversación.

-Buenos días señor Xiao.- el mencionado salto sobre su lugar ahí estaba el momento que tanto había esperado con nervios todo lo haría, hablaría del pasado doloroso de ambos.

-Buenos días maestro Wang.- hizo una reverencia.

-Siéntese por favor- se sentaron en la sala de la habitación frente a frente la única división que existía entre ellos era la mesa de cristal.- Bien ya que estamos aquí, debemos comenzar.-

-¿Eh? Sí, yo no sé- hablaba en tono bajo- yo no sé por dónde empezar.-

-Ambos tenemos puntos de vista diferentes de nuestra historia juntos, cada uno vivió momentos diferentes, pero me gustaría saber cómo empezó todo y en lo que falle.-

-Tú no fallaste, el que fallo aquí fui yo.-

-No recuerdo haber autorizado que me tuteara.-

-Perdón, otro error mío.- sonrió, mientras Didi soltaba un suspiro.

-Tampoco es fácil para mi estar frente a la persona que más daño me ha hecho en la vida, tampoco sé cómo comenzar esta platica sin que ninguno de los dos salga lastimado, tampoco sé cómo no decir cosas hirientes cuando cada vez que lo veo siento muchas emociones malas.-

-Puedes tutearme.-

-¿Eh?- alzo una ceja signo de su asombro.

-Puedes tutearme y lanzarme miles de maldiciones, grítame, dime todo lo que tú quieras, lo merezco.- decía en voz baja.