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Mientras los demás estaban encima del chico de cabello dorado fulminándolo con preguntas, JungKook se acercó hasta la recepción donde estaba la dueña de la tienda, haciendo de las suyas allí. Suavemente para no asustarla carraspeó para llamar su atención y está se volteó de inmediato hasta él deteniendo lo que estaba haciendo.

-Discúlpame por la actitud de hace unos minutos, pero no era el momento justo, pero al parecer ahora si lo es. Dime en qué te puedo servir.-

Jihyo preguntó amablemente y con una sonrisa en su rostro al chico frente a ella, sus manos posicionadas sobre la mesa y con una postura muy recta. Jungkook la analizó rápidamente por unos segundos, aunque no entendía que había pasado comprendía el que ella no estuviera disponible, el que había sido descortés al no retirarse a tiempo fue él.

-No te preocupes, el que le debe una disculpa aquí a alguien es yo a ti. Pero seré rápido porque esto es un poco incómodo.-

JungKook vio cómo una mueca de confusión se instalaba en el rostro de Jihyo, ella no tenía ni la menor idea de lo que él estaba hablando, pero aún así le hizo una seña con la cabeza en señal de proseguir. Jungkook captó el mensaje y tragó grueso, no es como que todos los días él iba donde su vecino de enfrente y le decía que dejara de enviar flores porque se le estaba haciendo molesto.

-Lo que quiero decir es que a pesar de que tus flores son muy bonitas, me gustaría dejar de recibirlas. No sé que he hecho para merecerlas, no soy merecedor de ellas, ni siquiera sé cómo cuidarlas y son muy lindas para que se marchiten por falta de atención. Solo he venido a decir eso, no es mi intención romper tu corazón diciéndotelo, si es que lo hice, solo lo digo para evitarnos futuros inconvenientes.-

Lo dijo tan rápido pero a la vez entendible, no quería volver a repetir todo eso, era vergonzoso. La pequeña risilla que salió de los labios de la chica simplemente lo confundió. ¿Qué había sido tan gracioso como para que ella riera? Su corazón latía fuerte en su pecho antes y después de haber dicho lo que dijo y ella simplemente se reía. La siguió viendo por unos segundos más hasta que ella se detuvo y habló:

-¿En serio pensaste que era yo?-

Y eso fue suficiente para que la cabeza de Jungkook explotara. ¿Cómo? Pero si ella no había enviado las flores todo este tiempo, entonces, ¿quien había sido? Alzó su ceja dudoso y respondió.

-¿Me he equivocado?-

Preguntó algo que era obvio, la chica se lo acababa de confirmar con esa pregunta pero él simplemente quería asegurarse de que así era, la chica asintió levemente aún viéndolo. Todo era incluso más vergonzoso que antes, solo quería irse de allí y nunca más pisar el suelo de esa tienda. Su corazón seguía latiendo fuertemente dentro de su pecho, los chicos seguro se reirían de eso.

-Lamento si alguna vez te di ideas erróneas para que pensaras que fui yo quien las enviaba, pero déjame decirte que yo estoy comprometida, y quién envió las flores no fui yo.-

Jungkook movió su cabeza en un pequeño asentimiento. Se hubiera ahorrado todo esta vergonzosa escena si hubiese preguntado antes a sus amigos sobre las personas que trabajan allí. Vio cómo Jihyo se voltea al grupo de chicos y llamaba a uno de ellos.

-Jimin, ven aquí, alguien quiere hablar contigo.-

Escuchó cómo ella lo llamaba, al chico bonito de cabellos dorados, que al primer llamado comenzó a caminar hasta donde estaban ellos y preguntó que pasaba. Jihyo dijo algo a él que Jungkook no alcanzó a escuchar y se marchó dejándolos a ambos solos, ambos con sus corazones agitados y sus mejillas sonrojadas.

-Me disculpo si la flores que te he estado enviando te han hecho sentir incómodo, no había pensado en eso. Has dicho que no quieres recibirlas más y respetaré tu decisión.-

Escuchó la voz dulce del chico frente a él disculpándose por las flores, él no se esperaba eso. No esperaba que él era quien estaba detrás de cada una de las cartas y ramos de flores que le llegaban cada semana. Embelesado aún por él solo asintió y vio cómo los labios rosados y abultados se estiraban en una pequeña línea. Dándole una última mirada se volteó dándole la espalda y comenzar hasta la salida.

-¡Ten un buen día!-

Escuchó cómo la voz del chico resonaba desde atrás de su espalda, y solo movió su cabeza en asentimiento sin voltear atrás, necesitaba salir de allí antes de que su corazón saliera de su pecho. Se detuvo a la espera de poder cruzar la calle y llegar hasta la veterinaria donde se quedó afuera por un poco más de aire y poder recuperar el ritmo cardiaco normal de su corazón.

Flowers    •Kookmin Au•Where stories live. Discover now