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Justo como lo había prometido Jungkook, en el momento que la puerta se abrió este halo a Jimin de la muñeca y cerró la puerta detrás de él para estampar sus labios contra los suaves de Jimin. Había sido una pequeña sesión de besos en la entrada del apartamento de Jungkook, que terminó con ambos agitados y con falta de aire. Ahora ambos estaban en la cocina, Jimin sentado en una de las sillas de la barra mientras Jungkook preparaba algo para cenar. Algo sencillo y fácil que a Jimin le encantaría.

-¿Quieres contarme cómo estuvo tu día hoy?-

Preguntó Jungkook secándose las manos en uno de los extremos de su delantal. Jimin escuchó la pregunta de Jungkook mientras lo veía una vez más de pies a cabeza, le encantaba la forma en la que andaba vestido. Una camisa manga larga de botones, café a rayas, dentro de sus  pantalones de vestir. Las mangas de su camisa levemente arremangadas hasta no más allá de sus codos. Lo vio apoyar sus codos sobre la barra del otro lado de la cocina, poner su cabeza entre las palmas de sus manos para prestarle total atención, y sonrió.

-Dime tú, ¿hay alguna razón en especial por la que estés vestido de esa manera?-

Jungkook miró divertido a Jimin.

-Me puse guapo para ti, ¿no te gusta?-

Dijo divertido, esperando ver la reacción de Jimin quien solo soltó una risilla divertida.

-Por supuesto que me gusta, amor, te ves más guapo de lo normal.-

Jungkook suspiró soltando todo el aire que tenía en ese momento, escuchó la risilla pícara de Jimin y se giró hasta la estufa para asegurarse que esta estuviera a fuego lento. Caminó hasta Jimin y se colocó entre sus piernas con ayuda de Jimin, permitiéndole el paso entre ellas. Tomó su pequeño rostro entre sus manos y se dio el lujo de acariciar su perlada piel. Lo vio por unos segundos a los ojos y volvió a suspirar, Jimin lo estaba volviendo loco cada vez más.

Con sus dedos apartó el fleco de cabellos dorados que caía sobre la frente de Jimin y se inclinó para dejar un beso sobre esta. Las manos de Jimin rodearon su delgada y figurada cintura. Se quedaron por unos segundos así, Jimin recostó su cabeza sobre el pecho de Jungkook mientras se deleitaba con los sonidos de sus latidos, la barbilla descansando suavemente sobre la cien de Jimin y sus brazos rodearon sus hombros. El aura era muy romántica. Se separaron luego de unos minutos cuando el olor a la comida comenzó a sentirse cada vez más.

-Hay algo que me sigue rondando por la cabeza.-

Jungkook aún sin girarse hacia Jimin habló.

-Dime que es, Jungkookie.-

Finalmente Jungkook se volteó hasta Jimin para verlo viéndolo fijamente, estaba concentrado en todos sus movimientos. Se acercó un poco a la barra y habló:

-El día de la boda de tu hermana, te fuiste, ¿por qué?-

La mueca en el rostro de Jimin no decía nada bueno, se removió incómodo en la silla, aunque tratara de evitar el tema este saldría alguna vez y él tendría que hablar con Jungkook, si eso era lo que quería. Que Jungkook lo conociera más, tendría que decirle sobre su madre.

-Mi madre estaba allí.-

A juzgar por el tono en la voz de Jimin ese era un tema delicado así que Jungkook decidió no seguir si quiera preguntando. Se dedicó simplemente a sacar los platos y las copas para comenzar a servir la comida y el vino cuando Jimin habló:

-Nuestra relación nunca ha sido la mejor que digamos. Hemos tenido nuestras diferencias, más de su parte, no por hacerme la víctima. El incluso llamarla madre no me hace sentir bien pero creo que si la llamo por su nombre o digo deliberadamente que no la considero como una, las personas me pueden juzgar libremente.-

Flowers    •Kookmin Au•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora