Buena Noticia

1 0 0
                                    

Llegaron al restaurant y pensaron que no había hecho la reservación el hombre, pero cuando les preguntaron su nombre les dijeron que ya estaba todo listo. Era una mesa de esas exclusivas en un restaurant, de esos lugares que suelen ser caros y Andrea y su mamá hicieron la típica expresión de "ah mira". Se sentaron y esperaron a que el llegara. Tenía una sonrisa enorme, Andrea nunca había visto a su papá tan feliz, pero se alegró que lo estuviera.

-Familia, el día de hoy las cosas cambiaran para nosotros, me acaban de promover en mi trabajo y ahora estaré ganando lo suficiente para traerlos a comer aquí las veces que quieran- Dijo con una sonrisa tan grande, Andrea sabía que su papá siempre se esforzaba en su trabajo porque quería precisamente esto, tener dinero y por fin lo había logrado.

- Felicidades mi amor- Dijo la mamá

- Pero no nos vamos a mudar a otra ciudad ¿Verdad? - Pregunto Andrea recordando su sueño que claramente era otra ciudad según ella.

- No pequeña, seguiremos aquí pero tal vez después ya pueda pagar una casa más grande- Dijo a su hija con una sonrisa en su rostro

Andrea no podía negar que se había sentido desilusionada porque tal vez era aquella pista que le indicaba que su sueño era y nada más.

-Me alegro por ti papá- Dijo desilusionada

- Bueno, pidan lo que quieran, esto va por mi cuenta- Dijo su papá con una felicidad que no era de este mundo

Andrea pidió un plato de espagueti con salsa Alfredo y un plato de pan de ajo. Termino llena, ya no le cabía nada más. Todos terminaron y su papá pidió la cuenta, cuando abrió la cuenta se dio cuenta que dejo una tarjeta plateada, nunca la había visto, era una nueva tarjeta de su papá y se sintió feliz porque sabía que ya le podría pedir que le comprara ropa, zapatos y boletos para concierto y tampoco olvidemos el maquillaje, Andrea sonrío por dentro.

Llego a su casa cansadísima y llena por la comida, se lavó los dientes se acostó y sin darse cuenta se quedó dormida.

Soñó otra vez en el camión escolar, pero de repente la escena cambio de la nada, ahora estaba en un café, un café que ella nunca había visto, estaba sentada en una de las mesas de afuera y vio como el chico que había visto en su sueño anterior se acercaba a ella.

-Hola Andrea, perdón por llegar tarde- Dijo el chico

- Am no te preocupes está bien- Dijo Andrea como si ya llevara miles de años conociendo a ese chico

- ¿No llevas mucho tiempo esperando o sí? - Pregunto ese chico encantador con una voz tranquila

El chico era morenito, no estaba ni gordo ni flaco, tenía unos ojos color aceituna hermosos

-No, acabo de llegar también- Dijo Andrea con una seguridad en sus palabras

Andrea quería preguntarle su nombre, pero sabía que arruinaría todo el sueño si lo hacia así que no dijo ni una sola palabra y se dejó llevar por el sueño.

-Ay Andrea, como te amo la verdad, gracias por estar en mi vida-Dijo ese chico como si ellos fueran novios

- Ay tú, yo también te amo- Dijo Andrea enamorada, pero en su mente dijo esto - ¿Qué? ¿Ahora ya lo amo? ¿Quién es él? -

- Pero yo te amo más- Dijo aquel chico hermoso

- Así es – Se rio hermosamente

- Ay tú, como me encantas- Dijo aquel chico como si fuera ella la única persona en este mundo, Andrea sintió el calor de sus palabras, se sentían como hogar, se sentían bien, era algo nuevo, estaba completa

- Aww- Dijo Andrea, ella era una chica flaquita, blanquita, con los ojos verdes y hermosa. Andrea se sonrojo y sintió como ese chico se empezaba a acercar, se iban a besar, trato de decirse a ella misma que parara, pero no podía, era si como la Andrea del sueño era una persona diferente a la persona de verdad

Se acercaron poco a poco y dentro de poco tiempo se empezaron a besar, fue un beso largo los dos se alejaron.

-Te amo J....-y despertó

Andrea estaba en shock, el sueño se sintió tan real, era como si ese sueño hubiera pasado ya, pero solo ella era la única que sabía, ella no lo conocía a él, pero ahora estaba segura de que su chico era él y que su nombre empezaría con la "J". Pasaron los días y ya Andrea tenía un par de dibujos de ese chico, dibujados a detalle y a la perfección, de los sueños que había tenido ya tenía una imagen mental acerca de ese chico.

Deja VuWhere stories live. Discover now