ᴇʟ ʜᴜᴇsᴘᴇᴅ; ᴋɪᴍ ᴊᴜɴɢᴡᴏᴏ

Capítulo 9. Furia controlada

Antes que nada, un saludito para  Jungwoo_7w7

  Le conté a Sehun sobre las posibles sospechas de que JungWoo fuera responsable del falso encuentro. No tuve más que disculparme avergonzadamente.

  —No te preocupes —dijo, podía asegurar que estaba haciendo una mueca—. ¿Esta él contigo?

  —Se quedó en la cocina.

  —¿Qué hay de tus padres?

  —No tardan en llegar —comenté, mirando el reloj de reojo.

  —¿Te dejaron sola con él? —pregunto, alarmado.

  —Algo así, tuve que quedarme en casa a hacer deberes y bueno, el no quiso irse con ellos —explique, rodando los ojos.

  —¿Te molestaría si voy unos minutos a tu casa? —propuso. No me molestaría en absoluto, pero con Jungwoo presente volveríamos al principio, me amenazaría con acusarme y no quería arriesgarme ahora que papá tomaría cargas en el asunto si volvía a desobedecer. Con total confianza, le explique a Sehun las consecuencias que habría si llegaría a aparecer—. Diablos.

  —Es un idiota, lo se —me queje, soltando un suspiro frustrado.

  —Entonces, ¿no hay manera de verte esta noche? —la desilusión en su voz era notorio.

  Suspiré y comencé a pensar en las posibles maneras, del cual, solo había una. Esa era que entrara por el jardín para luego escabullirse en mi habitación. Era arriesgado, pero tenía ganas de verlo y platicar sobre lo nuestro. Tenía sentimientos por él, pero no estaba muy convencida como para regresar de nuevo y ese tipo de complicaciones no las podía hablar por teléfono. Podía esperarme a otro día, pero creo que era el momento.

  Raras y confusas emociones han estado habitando en mi mente desde que conocía a Jungwoo. No quiero decir que este enamorada de él o algo por el estilo. A pesar que a veces se comportaba como un imbécil, tenía su lado simpático y aunque tratara de negarlo, me sentía atraída por él. Tal vez solo era pasajero, pero mientras tanto, tenía que dejar las cosas claras con Sehun. No quería ilusionarlo, diciendo que lo seguía queriendo como antes.

  —¿Estas segura? —cuestionó con cierto miedo y emoción cuando le dije el plan rebelde de entrar a mi habitación.

  —Sí, espera a la una. La puerta del jardín se quedará abierta al igual que la de mi habitación —dije, antes que pudiera retractarme.

  —¿Qué pasa con Jungwoo? Es posible que se de cuenta.

  —No te preocupes, me las arreglaré para que no sospeche nada. —comenté, sin tener una idea de como haría eso.

  Luego de colgar y dejar todo aparentemente preparado, fui a la cocina. Jungwoo me miro sonriente, mientras le daba un mordisco a la manzana que tenía en su mano. Me cruce de brazos, recargandome en el umbral de la puerta.

  —¿Por qué tan molesta?

  —¿Por qué lo hiciste? —pregunté, tratando de mantener mi voz neutra.

  —¿Hacer qué? —fruncio el ceño, fungiendo no entender lo que decía.

  —¡Sabes bien a que me refiero! —levante la voz, irritada.

  —No me grites —advirtió, arqueando las cejas. Se levantó de la silla y tiro la media manzana a la basura. Camino hasta estar frente a mi; me observo por un momento—.Hablaremos cuando estés más tranquila.