Diego/ capitulo 14

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—Entonces, la humana y Diego se conocen —Victoria lanzó el cuerpo sin vida a un lado.

Miró de reojo la situación que estaba ocurriendo bajo sus pies. Un grupo de vagabundos era asesinado, para saciar la sed del grupo que había creado en las sombras.

—Dicen haber trabajado juntos —Riley se acercó hasta la vampira —Diego es un peligro, es inteligente, cada vez desconfía más de mi y ahora conoce a uno de los vulturis... debemos deshacernos de él.

-¡No! —Gruñó Victoria —sabes bien que lo necesitamos, sin él todos abrían muerto en sus propias manos, que en las del enemigo. Se hubieran matado entre ellos —puntualizó.

—Yo podría controlarlos —dijo en lo bajo, siendo claramente escuchado por ella.

Victoria comenzó a acariciar su mejilla, su semblaje se había convertido en uno mas tranquilo.

—Ellos podrían dañarte Riley, podrían dañarnos. Sin Diego, podrían ponerse en nuestra contra, sólo lo necesitaremos por un tiempo.

Sus miras se posaron en Bree. Riley había decidido llevarla para ver si por fin comía algo, sin embargo, ella estaba alejada de todos con las manos en su garganta. La sed que tenia era grande.

Había dos razones por las que no tomaba sangre desde que despertó, una de ellas era miedo a ser asesinada y la otra... No quería ser un moustro.

—Y que me dices de ella ¿tambien es indispensable?

—Entre mas seamos mejor, no importa como sean... Además, por ella es que Diego sigue aquí —su mirada volvió a posarse en él —necesitaremos algo para rastrear a la chica.

Riley sonrió de lado.

—En ese caso tendré que ir a forks.

Mientras tanto, en otro lugar...
Cuando Priscila y Diego se quedaron solos, el silenció los invadió. Había tantas preguntas en el aire, pero ninguno de los dos se atrevía a lanzar la primera piedra.

Priscila alargó el brazo para acariciar su rostro. Antes la piel de Diego era tibia, ahora estaba fría; sentía como si estuviese acariciando una estatua.

—Tus ojos son rojos —Priscila hizo una mueca.

La mano de Diego cubrió la de ella, había olvidado como se sentía la tibieza.

Priscila analizó su rostro, lucía igual como lo recordaba, y al mismo tiempo, tan diferente. No se dio cuenta de cuando ocurrió, pero Diego la había tomado bruscamente para subirla a su espalda.

—Vayamos a otro lugar —su voz era seria, pero a la vez se sentía algo de melancolía en ella —tenemos mucho de que hablar. Tienes mucho que explicarme.

Sin importar que estaban solos en la bodega, no era el lugar indicado para hablar. Anduvieron por unos minutos, hasta que se detuvieron en un parque. Diego comenzó a andar a paso normal,  hasta llegar a una de las bancas más alejadas. Dejó que la chica bajara de su espalda.

—Y bien... ¿Que quieres que te cuente? —Priscila dejó caer su peso en la banca.

—Todo.

Priscila no se sentía con el derecho de preguntar nada, al fin de cuentas, era ella quien le había mentido todo el tiempo; se dedicó a contestar cada pregunta que Diego le hacia.

Anteriormente, hubiera tomado por loca a Priscila, pero ahora que el también formaba parte de su mundo anormal, sabía que todo lo que decía era real.

Ahora todo tenía sentido. Antes pensaba que, Priscila no encajaba en Italia por el choque culturar; era cierto, pero también no encajaba porque, ella era de un siglo diferente. Los cabos que estaban sueltos se ataron. Priscila a pesar de que peleaba o se metía en problemas, nunca salía con ningún solo rasguño. Cada palabra de Priscila, caía sobre él como un balde de agua fría.

Pysches I: El Frío en La Sangre / Alec Vulturi.  [TERMINADA]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن