Cuenta atrás

551 43 7
                                    

[____]

El rostro de Yugyeom no me da señal alguna de su estado de ánimo. Está serio, concentrado en la herida que tengo en el pecho, con sus dedos manchándose de sangre y yo reteniendo las ganas de quejarme cada vez que él toca el área herida.

-No puedo decir que tan profunda es la herida, pero debido a la cantidad de sangre que pierdes, puedo deducir que preocupante- Sus ojos me miran desde arriba, mientras que yo, recargada contra el asiento del copiloto que ha sido echado hacia atrás, solo suspiro, haciendo un gesto de dolor.

La luz neón del anuncio de la gasolinera donde se ha detenido, hace que me llorén un poco los ojos, con su luz demasiado intensa para mi vista.

-No puedo recordar el momento en que esto pasó- Revelo mientras aprieto los dientes cuando siento punzadas en el lado izquierdo de mi pecho.

Él no dice nada, pasa una mano por su cabello y se levanta.

-Veré si puedo comprar vendas, espera aquí- Cierra la puerta de un portazo leve, dejándome dentro del vehículo, mientras observo como camina hasta la pequeña tienda de conveniencia de la misma gasolinera.

Resisto la tentación de dar un fuerte respiro, provocando que mi garganta pique con la necesidad de toser.

-No ahora...- Muerdo mis labios para retener la sensación, quedándome en aquella pose hasta que escucho la puerta del auto ser abierta con brusquedad.

Abro los ojos de inmediato, con el temor de haber sido encontrada cuando Yugyeom me observa levantando las manos con una bolsa de papel en una de ellas.

-Tranquila, solo soy yo- De nuevo, se hace espacio en el asiento y se sienta, colocando aquella bolsa en su regazo y sacando las cosas.

Me coloca tres vendas de tamaño grande en el regazo, al igual que unos cuantos paquetes de gazas.

-Vendaré tu herida con el fin de detener un poco el sangrado- Me mira a los ojos y yo solo asiento, tratando de sentarme con todo el cuidado posible.

Cierro los ojos cuando siento como la sangre baja por mi estómago, la sensación húmeda y desagradable.

-Quitemos esto- Me ayuda a quitarme la sudadera oscura, quedándose algo anonadado cuando ve el reguero de sangre de mi camiseta azul.

-La sangre siempre ha sido llamativa- Comento, tratando de quitar la tención en su cuerpo que puedo casi palpar.

Sólo asiente, observando el auto que se detiene a unos cinco compartimentos de distancia. Una chica menuda y de cabello oscuro sale del auto y camina a la tienda de conveniencia. Desde mi posición, puedo escuchar tenuemente el sonido de la radio en su auto.

-Necesitare que quitemos esta también- Sus palabras me confunden un poco, perdida en la voz de la radio que comenta que es una noche de buen clima en Daegu.

Tardo un instante en comprender y cuando lo hago, podría haberme sonrojado de no ser que toda mi sangre parece estar concentrada en un solo sitio. Esta vez sin ayuda, me quito la camiseta, dándola por perdida cuando observo lo manchada que se encuentra.

Miro el techo, tratando de esquivar la mirada de Yugyeom, que, de reojo, puedo ver como tiene el rostro totalmente rojo.

Menudo momento para tener pudor, pienso, sintiendo el cabello de Yugyeom rozar la parte superior de mis pechos cuando pasa la venda por la parte trasera de mi espalda.

-Lo siento- Murmura, a lo que yo simplemente asiento.

Tarda menos tiempo de lo pensado, frunciendo el ceño cuando una pequeña mancha roja aparece en la venda superior.

CenturiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora