¿Y si cambiamos la historia?

44K 4.5K 2.8K
                                    

Harry miró a Hagrid, quien se había turbado al principio, pero luego levantó sus dos pulgares en muestra de su apoyo incondicional. Harry también fijo su mirada en Gryffindor mientras caminaba a la mesa de las serpientes, Neville y Hermione se miraron y le dedicaron una pequeña sonrisa que le demostraba que seguían siendo amigos; Potter se sentó al lado de Malfoy, para sorpresa de este. Todo el Salón había guardado un silencio shockeante y anonadado pero el azabache lo cortó con un:

-Me pasas las papas, por favor- Granger y Longbottom se rieron, aunque no tanto como los gemelos Weasley, con lo que respecta al resto de comedor; todos hablaban apurados o en murmullos. Pronto la Ceremonia fue concluida, una vez que Blaise Zabini se sentó cerca de Harry en la mesa de Slytherin.

-Me causas curiosidad, Potter- Dijo finalmente el de tez negra –Juraría que ibas directo a Gryffindor- Harry le sonrió amablemente.

-Nunca hay que fiarse conmigo, soy toda una caja de sorpresas- Le respondió, Zabini solo se rió y el aire entre los chicos de primer año de Slytherin se destensó rápidamente con Harry allí. Dumbledore había creído que, que Harry cayera en Slytherin sería su perdición, pero viendo cómo las serpientes se divertían sin tapujos frente a las demás Casas, Albus no pudo más que sonreír; quizá aquel niño podría cambiar a los Slytherin para bien. Harry, por su cuenta, tenía muchas preguntas que resolvió con la fingida calma que le habían dado los años -¿Y cómo experimentaron su magia?- Preguntó bastante curioso. Sabía que a Neville le habían presionado tanto que terminó yéndose rebotando en una especie de burbuja; Hermione se había esforzado tanto en bajar un libro, que estos la persiguieron volando por toda la casa; Ronald, por otro lado y al pertenecer a una familia de magos, no había tenido ningún problema con hacer bajar el plato de galletas de la alacena.

-Yo me había peleado con una de mis compañeras- Empezó Parkinson, que, ahora que estaba en Slytherin, se había dado cuenta que era una gran chica; la susodicha sonrió de oreja a oreja –He hice que su cabello cambiara tantas veces de color que se le terminó cayendo- Todos rieron ante la anécdota, el siguiente fue Blaise.

-Digamos que yo paso mucho tiempo fuera de la mansión, me gustaba explorar y descubrir distintas plantas, por lo que un día decidí crear mi nueva especie de flor; no salió muy bien al ser mi primera vez con la magia- Dijo, recordando un pequeño capullo violeta con tintes amarillos, que hasta hoy en día no se había abierto. Hasta Malfoy se carcajeó, y Harry no pudo evitar sonrojarse un poco ante tal sonido tan desconocido a sus oídos.

-A mi me pasó con la escoba. Resulta que me gustaba mucho volar, pero un día rompí uno de los jarrones de la cocina y bueno, me prohibieron volar ese año. Yo estaba buscando mi escoba, porque, por favor; volaría igual- Comentó el rubio, sacando un par de risitas –El problema fue cuando no la encontré y comencé a frustrarme; la escoba terminó volando hacia mí con armario y todo- Harry rió ante la imagen de un Draco Malfoy, aun más pequeño que ese, no sabiendo dónde rayos poner el armario; al aristócrata le brillaron los ojos -¿Y tú? ¿Cómo fue?- Harry lo pensó bien.

-Pues, mis tíos muggles nunca quisieron decirme quién era en realidad, por lo que me fue difícil deducir algunos signos. Ellos me tratan muy mal, por lo que cuando estaba completamente harto por sus comentarios, los vidrios estallaban, el fuego se acrecentaba; cosas así. Aunque no me di cuenta que algo extraño pasaba hasta que fui al zoológico, un centro muggle donde exhiben animales, y hablé con una serpiente- Todos abrieron sus ojos impresionados.

-¿¡Hablaste con una serpiente?!- Preguntaron Malfoy y Parkinson al mismo tiempo, la chica muy conmocionada y el rubio lleno de admiración; Harry asintió.

-No fue nada, hasta que hablamos de que era de cautiverio y que quería volver a su verdadera tierra natal en Brasil; ahí hice desaparecer el vidrio y la liberé con todos los muggles allí. Me castigaron por siglos- Blaise fue el primero en soltar la carcajada, luego Theodore Nott y después los últimos dos.

Reviviendo una vida: Harry Potter y la Piedra Filosofal. Más adelante Drarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora