Para Cuando, por Fin, Tuvo el Coraje para Decírselo.

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Luego del partido, no había pasado nada realmente relevante. Los Slytherin se habían retirado altivamente del campo y festejaron bajo la familiaridad de las mazmorras; aun pasando la semana que le siguió al partido, las serpientes estaban bastante entusiasmadas por haber comenzado la temporada venciendo a los Gryffindor y se mantuvieron de un inusual buen humor.

Sin embargo, ya a principios de Diciembre, Pansy y Blaise no dejaron que siguiera escabulléndose.

-Tienes que decirle, Harry; no que sea la cosa más correcta, pero siendo Draco, creo que es lo que más te beneficiaría-

-Odio decir esto, pero Pans está en lo cierto. ¿Cómo crees que reaccionaría si se enterara por las malas lenguas? Eso sería traición, y sabes que nosotros no podremos hacer nada si consideran que tú le has traicionado- Certificó Zabini.

Harry les repetía una y otra vez que le diría cuando lo creyera conveniente; obviamente, no existe momento conveniente para tratar el abuso familiar.

A mediados de Diciembre fue cuando Harry y Draco descubrieron que ya no podrían practicar Quidditch como antes, pues las canchas estaban repletas de capas de nieve. El azabache solía burlarse, diciendo que algún día perdería a Draco pensando que era otra pila de hielo más; claro que el rubio se vengaba tirándole una bola de nieve, y luego él le tiraba otra, y otra, y así terminaban casi todas sus tardes: empapados hasta las orejas, recibiendo sermones de Pansy por comportarse así frente a los demás y de Blaise por no haberle invitado; por otro lado, Theo siempre estaría con un libro y dos mantas, para que se cubrieran los cuerpos entumecidos cuando llegaran.

Pero Harry había decidido firmemente con el hecho de que dejaría de estarse en las nubes y concentrarse en otras cosas; esta vez no tenía a Ronald para que le presentara a Charlie, por lo que tenía que ingeniárselas para cuando Norbert llegara.

-Nos quedaremos contigo- Habían anunciado sus compañeros de Casa; Hermione iría a visitar a sus padres y la abuela de Neville ya le había enviado un Howler diciendo que si no se presentaba para Navidad, pues que se olvidara de ir volviendo para las vacaciones de verano.

-No hace falta; Pansy, sé que tu madre ha estado enferma, tienes que ir a verla; no habrá otra oportunidad después. Theo, también reconozco que tu padre no es el gran ejemplo que todos esperan, pero lo amas; no puedes dejarle en las fiestas- Ambos chicos suspiraron contrariados, pero no podían decir que el azabache no tenía razón.

-Blaise, por favor, ¿vas a decirme que odias las fiestas de tu madre? Será una estirada-cambia-amantes, pero le gusta desmadrarse tanto como a ti. Y Draco…- Harry sonrió ante su ocurrencia –No veo cosa más sombría para tus padres que te quedes solo, conmigo, y aquí en Hogwarts mientras ellos están allá; adoran pasar tiempo con su familia- El rubio se sonrojó al escuchar el bajo susurro de Harry el final, pues casi nadie sabía cómo se comportaban los Malfoy cuando solo eran la familia en casa. La mayoría asintieron, convencidos de que no podrían contrarrestar los argumentos del Potter, y yéndose a terminar de empacar; todos menos cierto rubio de ojos grises.

-No te desharás de mi tan fácilmente- Harry le devolvió una pequeña sonrisa.

-No pensaba convencerte- Guardaron un rato de cómodo silencio –Sabes que es más conveniente que vuelvas a casa, ¿no?-

-¿Y dejarte aquí, solo, para que huyas de tu almohada?-

-Es el peor de mis miedos- Dramatizó.

-Sabía que planeabas algo, Potty- Se miraron con mutuo entendimiento y se dirigieron a su habitación; Harry podía imaginar cómo hacer que Draco no se enterara de sus planes luego de dormir una siesta.

Reviviendo una vida: Harry Potter y la Piedra Filosofal. Más adelante Drarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora