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Ni siquiera sabía como hermione logro hacerla amante de la lectura, ambas niñas se encontraban en la biblioteca el sábado por la noche antes que fuese la cena.

— Ahora uno de mis sueños es terminar toda esta biblioteca entera — Dijo Alaska al terminar de leer uno de los libros.

Hermione estuvo de acuerdo con ella a lo que sonrió mientras asentía. Notaron la hora y fueron al comedor para cenar junto con los demás alumnos.
Ambas niñas conversaban mientras tomaban asiento y veían como Ron junto con Harry tomaban asiento junto a ellas, pero por otro lado Alaska sintió la presencia de alguien.

— Que tal una rana de chocolate y aceptas mis disculpas? — Era Oliver quien se había sentado junto a ella.

Alaska sonrió pero negó, no se lo dejaría tan fácil.

— Como dije, pude haberme roto una pierna — Se burlo Alaska.

Oliver sonrió enseñando sus dientes y por alguna extraña razón causo que las mejillas de la niña se tornaran rojas.

— Te gusta el Quidditch? — Pregunto Oliver.

— Hace un par de días supe que existía — Se encogió de hombros.

El rostro de Oliver fue un poema, no sabía si era una broma o lo decía en serio. Pero al ver que era verdad se concentro en Alaska en vez de su comida.

— Como es que no sabías de el mejor deporte que alguna vez pudo existir. Ten por hecho que lo amarás tanto que me darás las gracias por haberte enseñado — Dijo Oliver.

— Veo que eres apasionado...pero prefiero otras cosas — Dijo Alaska probando un bocado.

Oliver no podía creer lo que oía y más en una chica, ser el capitán del equipo de Gryffindor tenía sus grandes ventajas con respecto a las chicas. Todas querían que él les enseñará o les gustaba verlo entrenar por eso fue sorpresa para Wood el desinterés que llevaba Alaska por su deporte favorito.

— Mañana luego del almuerzo iremos al campo de Quidditch y te enseñaré a jugar — Dijo Wood muy decidido que ni siquiera le dio tiempo a protestar o algo parecido.

Solo asintió con una sonrisa algo divertida para complacer al muchacho ya que si se negaba estaba segura que este estaría insistiendo por un largo rato y no quería eso.

Su amiga la miro con una sonrisa pícara cuando cada uno prosiguió con lo suyo, Alaska solo rodó los ojos y rio un poco para luego seguir cenando.

Alaska tomo del brazo a su hermano para dirigirse hacia la sala de Gryffindor y estar hablando de cualquier tontería antes de dormir. Pero cuando pasaron por cerca de los profesores, Snape y Quirrell sus cicatrices comenzaron a doler. Ambos hombres se dieron cuenta de ello pero fingieron ignorarlos.

— Que fue eso? — Pregunto Alaska cesando el dolor.

— No sé...pero ocurrió lo mismo cuando Snape me estaba viendo — Dijo Harry —. No confío en ese hombre.

— Puede que haya sido descortés en nuestra primera clase pero no significa que es un mal hombre, digo me ayudó cuando lo necesite tal vez solo nos dolió al estar cansados — Dijo Alaska intentando buscar una respuesta razonable.

Harry no insistió, no quería que su hermana se preocupara o peor aún, se molestará con él.










[...]









Alaska dormía plácidamente cuando comenzó a entrar a un sueño que parecía tranquilo.

“Se encontraba en un lago, oía como las aves cantaban y el viento soplaba con suavidad. Alaska se recostó en el césped y comenzó a relajarse cada vez más haciendo que sus ojos comenzarán a cerrarse poco a poco. Pero de pronto sintió que su cicatriz ardía como si el mismo fuego estuviese allí. Intento levantarse pero una presión en su pierna la arrastró hasta las profundidades del agua. La niña gritaba intentando salir de allí ante la falta de su oxígeno.

No te vayas tan lejos querida, me perteneces...— Una voz aterradora y masculina sono en las profundidades.

Aún que no había nada bajo el agua algo la retenía, Alaska se removía intentando zafarse de aquel agarre pero no podía.

— Vuelve a mí y seremos poderosos...puedo darte paz otra vez y a tus padres — De pronto algo negro comenzó a formarse a lo lejos y comenzó acercarse a la niña.

Estaba aterrada y sentía que ya no podría resistir tanto, por eso dejo de luchar y observo aquella sombra que se acercaba cada vez más. Pero un grito que provenía de afuera hizo que la sombra se alejara de inmediato”.

Despertó exaltada ante los llamados de Hermione quien estaba preocupada por ella.

— Herms — Dijo agitada tomando su mano para comprobar que había despertado.

Alaska estaba pálida y sus manos temblaban, quería llorar de lo aterrada que estaba.

— Quieres que llame a Harry o a la profesora? — Hermione intentaba calmarla pero no sabía como.

Negó, pero la abrazo ya que quería sentirse protegida por alguien a pesar que fuese otra niña de su edad. Con sentir los brazos de alguien confiable le generaba tranquilidad.
De pronto comenzó a sollozar mientras era consolada por Hermione.

— Solo fue una pesadilla, no hay de que preocuparse, yo he tenido pero eres inteligente y sabes que eso no existe, es producto de nuestra imaginación — Era la primera vez consolando a alguien.

— Era tan real Herms, pensé que moriría allí — Dijo Alaska.

Comenzó a explicarle todo el sueño que tuvo, desde lo que sintió hasta lo que oyó. Hermione no tuvo respuesta ante ello y sugirió que hablase con la profesora McGonagall o tal vez con el director, pero debía olvidarse de eso y comenzó a mencionarle cosas buenas que sucedieron está semana como por ejemplo que mañana podría ver a Oliver Wood.

— Solo lo hace porque quiere traspasarme su pasión por el Quidditch como tu lo hiciste con la lectura — Ambas niñas rieron —. Además solo soy una niña, él también pero es más grande que yo.

— Vamos para el amor no hay edad — Dijo Hermione a lo que Alaska recordó a lo que se refería y rio.

— Lockhart tiene a su mejor admiradora — Volvieron a reír.

Fue de mucha ayuda desahogarse con Hermione, luego Alaska se recostó otra vez y su amiga permaneció con ella hasta que se volviese a dormir para hacerle saber que estaría allí para ella.

𝐇𝐄𝐈𝐑𝐄𝐒𝐒 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora