Relatos 1

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Amor de parvulario

Cuando somos pequeños no nos damos cuenta de nuestros propios actos, y hay muchos sentimientos que desconocemos, o acciones que para un adulto puede ser un mundo entero.

Una vez miras atrás en el tiempo, a cuando eras un enano, te das cuenta de ciertas cosas que antes pasabas por alto y ahora si tienes nombre para lo que hacías. 

Entonces, de pequeño, ahí por P5 tuve mi primera historieta mínimamente romántica. Había una persona importante en mi vida en ese momento, se llamaba Natália e íbamos de aquí para allá siempre juntos, casi inseparables, ya era de la mano o no. Hasta diría que hubo algún beso, aunque en ese entonces solo eran cosas de críos que podrían escandalizar a cualquier padre.

Era alguien muy especial, me sentía invencible a su lado, y querido. Hacíamos los mismos extra-escolares , estábamos en el patio siempre juntos, en clase ya ni me acuerdo. Pero sentía como una conexión especial con esa chica. No era como cualquier amiga. Era feliz a su lado, cuando no estaba a mi lado me sentía triste. Y cuando no venía a clase, aunque tenía otros amigos, no era lo mismo. Daba luz a mi vida de niño de 5 años.

Y lo dicho, quizás solo son cosas de niños, pero para mí entonces y ahora, siempre será una historia de amor jamás contada e imposible. Sobretodo, después de decir que me iría a otro cole a partir de primero de primaria, y que mi amigo Marcel se le echara encima y aprovechase que yo me iba para acercarse a ella... Hijo de...


Amores de primaria

Mis primeros días en primaria, fueron devastadores. No tenía a nadie con quien hablar/jugar/relacionarme. Me daba miedo relacionarme directamente. Y en el patio era una tortura (jugaba a que era Lara Croft inventándome un escenario en el patio, con los arboles y las rocas). Y fue mi prima, quien me dijo que fuera con ella y sus amigas, hasta que hiciera amigos para que no me sintiera solo.

Más adelante, por fin me pude adentrar un poco con el ambiente de los compañeros de clase. Allá por segundo de primaria me fijé en una chica, María. Era preciosa, incluso con el parche que tenía en el ojo, y sus gafas de pasta. Aunque no era el único, la mayoría de chicos también estaban pillados por ella. Un día, mientras hacíamos un proyecto sobre los cefalópodos. Fui a su mesa, y le confesé que me parecía muy guapa y que me gustaba. Acto seguido, me dijo "gracias" y me fui. Fin.

Más adelante, entre tercero y cuarto de primaria, me fijé en una chica, Ana, que en nada se convertiría en mi mejor amiga del momento. Hablaríamos, formaríamos parte del mismo grupo de amigos del cole (siendo yo el único chico), le cantaba el repertorio de Mamma Mia!, sentía mariposas en el estómago cuando hablaba con ella. Era feliz a su lado, y aunque tuvimos nuestras peleas y sus momento. Al final siempre estaba a mi lado.

Por primera vez en la vida, me invitaron a casa de uno de los compañeros, a hacer un proyecto para clase. Hicimos el trabajo, cantamos en el SingStar y jugué a un QuienEsQuien de Ben10 con la hermana de mi amigo, que por lo visto (y no tengo ni la más remota idea de por qué) estaba algo coladita por mí. Por la noche, en la habitación donde dormía con mis dos compañeros de clase, hablamos de chicas, y dije por primera vez que me gustaba Ana.

Ahí por finales de sexto de primaria, después de seis años con Ana en clase, a punto de salir de clase para irnos todos a casa, le dije que le diría quién me gustaba de la clase. La miré fijamente, ella se inclinó para la derecha, y después para la izquierda. Hasta darse cuenta que no le dejaba de echar la mirada encima, y sorprendida dijo: "¿¿Yo??". Seguimos hablando durante unos años más, hasta dejar de hacerlo. Y sigo teniendo una foto suya, a mi lado en mi mesita de noche (que era un proyecto de clase, que consistía en hacer un marco de porexpan con trocitos de papel de seda de colores pegados en el porexpan). Y sigo recordándola a día de hoy, con una sonrisa en la cara. 

La vida amorosa de un AnonimoWhere stories live. Discover now