F r í o y C á l i d o

6.6K 1K 930
                                    

*A partir de aquí la historia aún no está editada por lo que puede haber algunas inconsistencias y errores de todo tipo, tenga esto en consideración al continuar leyendo*

Eran cálidos en un sentido no literal.

Así eran los labios de Jungkook, se sentían fríos y suaves al contacto, pero el calor que emanaban iba más allá de una mera sensación física. Jimin permaneció algunos segundos haciendo una ligera presión sobre éstos, era agradable y completamente nuevo, no esperaba que le fuera a gustar tanto, pero pasó, y en su inesperado arrebato de adrenalina quiso hacer algo más que simple presión. El corazón le galopaba como un loco, pero cuando trató de abrir los labios en su vago intento de sentir algo más notó el estado rígido en el que se encontraba Jungkook, quieto como una estatua. Luego sintió cómo lo tomaba de los hombros y lo alejaba.

Jimin bajó la visita, al fin fue presa de la vergüenza.

—No vuelvas a hacer eso. —habló Jungkook.

Lo dijo con una voz tan gélida que Jimin sintió que su alma entera se congelaba al escucharlo, levantó la vista un segundo y observó cómo un ligero color carmín se asomaba por sus mejillas, tenía la vista clavada en la pared.

Resultó ser una reacción peculiar al considerar el tono de voz tan frívolo que había usado.

Se preguntó qué era lo que pasaba por la cabeza de Jungkook, quizás el hambre y el cansancio estaban teniendo algo que ver, tal vez Jimin imaginaba cosas que no estaban allí.  De cualquier manera, lo hecho, hecho estaba. Lo había besado, a un chico, a Jungkook, al compañero que lo había salvado tantas veces y lo había mantenido con vida.

Jimin levantó una de sus manos y la acercó a su rostro con la intención de que éste lo mirara.

—Tú empezaste, tú lo hiciste primero. —dijo con suavidad.

No tenía por qué sacarlo a colacion, lo sabía, eran situaciones diferentes, pero se estaba quedando sin razones.

Jungkook suspiró.

—Te dije que lo olvidaras.

Guardo silencio un momento, con la palma de su mano tomó su rostro. Su mejilla estaba tibia, Jungkook parecía no querer mirarlo a los ojos y solo observaba la pared.

Jimin pensaba muchas cosas: en los exterminadores que podrían descubrirlos, en su familia muerta, a la cual extrañaba tanto que su pecho dolía cada que los recordaba, pero se obligaba a mantenerse al margen y aparentar que nada sucedía, pensaba también que harían al día siguiente, ¿a dónde se dirigiría ahora? ¿valía la pena seguir sobreviviendo cuando sabes que ya no hay esperanza? Se decía a si mismo que estaba bien, que quizás algún día podrían encontrar un cura para la infección, tal vez el ejército lucharía contra los demonios aullafores y los infectados, terminaría con ellos, y los científicos lograrían erradicar toda la radiación, la tierra florecería de nuevo y dejaría se ser un cementerio infértil y gris.

Jimin trataba de mantener ese pequeño rayo de esperanza vivo en su interior, era lo único que le quedaba, y pensaba en ello bastante, pensaba en muchas cosas con frecuencia, sin embargo, justo en ese momento Jungkook era lo que más acaparaba su mente.

—¿Crees que está mal? —preguntó y su compañero lo miró al escucharlo.

Jimin no supo de qué manera interpretar esa mirada.

—¿Por qué no solo lo dejas y ya?

—Me besaste eso no lo puedes cambiar, y luego yo lo hice, ¿Qué más da? Es solo un beso.

No lo notó, porque Jungkook era un experto ocultando emociones, pero ese comentario había dolido.

—Entonces olvídate de ello.

HECATOMBE (Apocalipsis I)- KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora