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—¡Entonces le dije: “no, no, deberías entenderme: soy muchísimo más linda que ella y a ti no te importa” y él me contestó: —la teñida bostezó, prosiguiendo leyendo la información sobre la nueva gema descubierta: cuarzo. Su amiga —con la que se encontraba en videollamada— parpadeó y se detuvo, finalmente. —Oye, ¿me estás escuchando?

—No —respondió sincera, sin mirarla.

—¡Oye! Al menos finge hacerlo —los ojos rojizos finalmente subieron.

—No te gusta eso.

—¿Qué? ¡No es verdad!

—Te quejas cuando Jeff hace eso —agarró nuevamente su lapicera, volviendo su vista a sus apuntes. Jeff era novio de Connie, mejor amiga de Spinel.

—Oh... —miró a otro lado —... Es cierto, ¿al menos te interesa lo que te estoy contando?

—En lo absoluto —contestó nuevamente sincera. Su sinceridad —característica principal de su “enfermedad”— era demasiado cruel sin importarle siquiera a quién le hablaba.

—¡Boba! —“insultó”. Connie sabe de la “enfermedad” de su mejor amiga, por algo tienen dicha relación, porque a Connie le pedía a gritos a alguien sincero y llegó la sinceridad en persona. Connie, al saber del problema que causa que Spinel vomite la verdad, no la insulta en serio, utiliza palabras ofensivas que diría un niño pequeño e intenta no maldecir frente a la de cabellos teñidos antes que el trío de madrastras de la mayor, la atormenten.

—¡Oye, no me digas así! —frunció el ceño y miró a la pantalla. —No es mi culpa que tu novio te haga daño.

—¡¿Entonces sí me estabas escuchando?! —la teñida parpadeó.

—No, pero solo intento recordar la información de las anteriores conversaciones, ya que siempre dices lo mismo de siempre “Jeff es un inútil”, “Jeff es tonto”, “Jeff me mete los cuernos con Jessica” —habló, refiriéndose a la pelirroja de camisa azul pastel de pechos algo grandes.

—¡¿Qué?! ¡¿Es cierto?! —chilló. La de raíces oscuras levantó una ceja.

—Eso dices tú —levantó las manos con inocencia.

—Si Jeff me mete los cuernos... Me lo dirías, ¿cierto? —habló insegura.

—Por supuesto, tu vida es como la telenovela mexicana que mira Blue a las siete y media —se apoyó en su mano.

—¿En serio Blue mira la Rosa de Guadalupe? —rió.

—Sí, lastimosamente es entretenida. He mirado capítulos y me gusta cómo exageran las cosas, es mi forma de enterarme de las “modas”.

—¿Por qué le pones comillas? —Spinel se encogió de hombros.

—Supongo que es para recalcar que no creo en esa religión.

—¿Qué?

—Ya sabes: la religión de bailar cosas de un ente superior denominado Charli, ver programas o películas porque otros la siguen —se encogió de hombros.

—Me encanta que cuando hables estés llena de sabiduría y referencias —rió a lo bajo. —¡Espera! ¿Estuviste viendo Tiktok? —la muchacha mayor parpadeó.

—Claro y fue desagradable, pero logré ser feliz observando tiktoks donde aparecen gatos y datos sobre las gemas, ¡descubrí una nueva! —mostró su libreta con puras anotaciones del cuarzo descubierto. —Es un cuarzo.

—Qué linda —observó la foto pegada en la libreta y suspiró. —Tengo que irme a dormir, Spinel.

—¿Ya son las diez? —miró el rincón de su computadora —oh, pasa rápido el tiempo —sonrió.

Autismo | Stevnel [Remasterizado]Where stories live. Discover now