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Le tiró una revista de actores famosos. La teñida se asomó mirando la revista y luego observó a la morena.

—¿Por qué me muestras esto? —preguntó incrédula.

—Me preguntaste de chicos perfectos y su concepto —se cruzó de brazos —usualmente las revistas te muestran fotos de ellos.

—¿Tengo que enamorarme de uno?

—No necesariamente, por algo nadie es perfecto.

—¡Te lo dije!

—¡Solo Nadie es perfecto y tú te llamas Nadie! —Spinel hizo un puchero.

—¿La perfección es igual de valiosa que los diamantes? —la morena asintió —¡oh! —Connie se sentó frente a ella y abrió la revista, mostrándole.

—Mira y aprende —señaló la foto de un chico de peinado enrulado y piel pálida.

—¡Este es el que trabaja en esa serie de misterio que no termina más! —habló emocionada. Connie la miró orgullosa.

—En efecto, Stranger Things es una gran serie —halagó —bien, él es Finn Wolfhard. Es un chico de más o menos nuestra edad —pasó la página.

—¡Ey! ¡Ese es el chico perfecto de nuestra clase! —chilló Spinel señalando a otro enrulado.

—Oh... —miró detenidamente la revista —... “Steven Universe llega a nuestra ciudad para disfrutar de las chicas atractivas” —rió. —¡Oh, cretino!

—¡Aquamarine está interesada en él! Y es el único que no tiene nombre de gema —habló con brillos en los ojos por su curiosidad.

—En efecto —contradijo altanera —se apellida “Cuarzo”, además “Universe” no parece un apellido creíble —ella le quitó la revista de las manos.

—¡Me enamoré de él!

—¡¿Qué?! ¡Esto es muy repentino, Spinel, sé racional! —rodó los ojos —no te dejes llevar por lo que dicen chicas huecas.

—Pero me dejo llevar por lo que dices tú —habló Spinel confundida.

—Me duele, me lastima —colocó una mano en su pecho ofendida. —En fin, no puedes enamorarte de él.

—¿Por qué no?

—¿Por qué sí? —Spinel lo pensó.

—Es un chico perfecto, y todas las chicas buscan un chico perfecto —explicó.

—¿Tú eres como todas las chicas?

—Tú sí —Connie bufó.

—Zorrinel —susurró entre dientes. —Eres terca.

—¡Y tú hueca! —volvió a mirar a la revista. —Estoy determinada: me declararé.

—Oye, no te apresures... —lo pensó y sonrió emocionada —... ¿Qué tal si haces como esos tiktoks de los días de enamorar a tu crush?

—¡Me enamoraré de un cuarzo! —la morena observó cómo Spinel comenzó a correr.

—Cuarzote~ —susurró mirando lo robusto que era ese chico. —¿Será cierta la creencia que los gordos la tienen grande? —balbuceó.

—¡Operación Cuarzo: comienza! —elevó su puño. Connie negó con la cabeza, rendida.

Autismo | Stevnel [Remasterizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora