Day IV: See him

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—Entonces... ¿Toda esta situación absurda provocó que lo vieras? —cuestionó la morena llevando un pedazo de su merienda a su boca.

—Sí, fue muy educado —asintió —supe el razonamiento de... —lo pensó —... La perfección.

—Ah, ¿sí? ¿Y cuál es?

—Todas las mujeres debemos ser tratadas como reinas y por ende, las reinas son la semejanza de Dios como los reyes —la teñida de raíces oscuras metió a su boca un pedazo de su comida. Spinel nunca fue atractiva, a pesar de que Blue y White la obligaban a ser femenina, ella siempre se limitó a usar ropa cómoda para ella y casual, no usar vestidos extravagantes, por eso le suele molestar las faldas cortas de aquel instituto.

—Es una buena explicación, Spinel —curvó la comisura de sus labios y se levantó, estirándose.

—Connie —llamó. La morena había notado hace rato que Spinel estaba callada y conste que Spinel no era callada —¿los chicos perfectos son relativos?

—¿De qué hablas?

—Ya sabes —se encogió de hombros —¿tú tienes que tener el mismo chico perfecto que yo? —la morena se inclinó a su compañera y negó con la cabeza, picando su nariz.

—No precisamente, dulzura —la tomó de las mejillas y plantó un beso en su frente —ven, vamos —la tomó de las manos y la forzó a pararse. Spinel intentó zafarse inmediatamente de los agarres, pero la fuerza de Connie, gracias a la esgrima, fue inevitable.

...

—¿Te irás? —los ojos de la rosada estaban distraídos en la figura inclinada del muchacho que estudiaba en la biblioteca. —Spinel —llamó la morena, obteniendo su atención. La menor observó a su amiga y mantuvo su rostro serio, incrédulo.

—Sí, iré a la biblioteca a acosar a Steven —Connie parpadeó.

—¿Por qué?

—¿Porque me gusta? —dudó.

—No digas estupideces —suspiró —mira, lo siento por meterte ideas tontas en la cabeza pero debes basarte en lo que te gusta, no en lo que te digo.

—¡Pero si eres sabia! —el dedo moreno de la muchacha,se posó en los labios algo rosados de la autista.

—Es por eso que te pido que no confíes siempre en mí —se reincorporó —nunca sabes cuándo miento.

—Literalmente —aplanó los labios, acompañada de Connie que hizo una mueca —Connie... Quiero mentir.

—¡No puedes! —chilló la morena —es malo.

—¿Mentir?

—Exacto, ¡la gente mala, que miente, va a la cárcel! —miró entrecerrando los ojos a Spinel —¿tú quieres irte a la cárcel? No, ¿verdad? Entonces cierra el pico.

—Solo las aves tienen pico —frunció ligeramente el ceño.

—Pues ahora tú lo tienes.

—Pero... —la autista palmó sus labios, confundida.

—Spinel, no tengo tiempo, por favor, no lo acoses —sin más se alejó corriendo, apurada. Spinel se giró hacia la ventana donde estaba el muchacho y meneó su cabeza. Sus coletas se menearon de un lado a otro, rozando su cuello y provocándole picazón, ¿o era por los nervios? ¡No! Extrañamente ella no se sentía nerviosa, había estudiado las emociones humanas a profundidad, lo tenía todo en su libreta y no sentía nada. Exacto. Ese es el problema: no siente nada, ¿debería intentarlo? Spinel golpeó con algo de fuerza el vidrio, intentando llamar su atención pero nada: él estaba sumido en sus estudios o en sus auriculares, o la estaba ignorando. Spinel siempre vio cruel el hecho que la ignoren, le causa un revoltijo de emociones en su estómago y su garganta se cierra, esto supuestamente se llama “impotencia” pero lentamente fue superándolo gracias a la terapia. Levantó su mentón con cuidado y miró las puertas de la biblioteca; si quería ser la madre de sus hijos: tenía que pasar por esas puertas.

—Se verá sospechoso si no agarro un libro —analizó y caminó, las primeras veces el pedir prestado los libros eran gratis, pero como era un instituto privado, era una biblioteca exclusiva para alumnos destacables y aquellos que deseaban una gran educación; el problema es que le daba pereza hacer el papeleo para obtener un carné y así garantizarse ser un cliente junto con la confianza, siempre lo vio innecesario ya que tenía el internet. Pero ¿por qué ahora era diferente? ¿Porque hay una nueva definición de chico? ¿Porque lo que nunca le interesó empezó a interesarle? Y ahí lo decidió: entró.

Las puertas se movieron y se deslizaron hasta volver a cerrarse, Spinel miró el alrededor con neutralidad, contemplando el placer de una biblioteca enorme con libros. Buscó con la mirada aquella cabellera entrada y prosiguió a caminar, deslizando su mano por la madera de las estanterías en la zona lateral. White odiaría su comportamiento dependiente pero ¿qué puede hacer? Sea como sea: ella era dependiente. El muchacho movió su cabeza, cansando a Spinel y deteniéndola. Se quedó en medio del pasillo, mirando si había notado su presencia: nada. ¿Debería hacer ruido? No, es estúpido: la echarían. Aprovechó y se adentró entre los pasillos con una compañía habitual en bibliotecas: libros y más libros, de todo tipo, por cierto. Ella buscó en el área de biología alguna explicación nueva del amor y sus variantes pero hay algo que le interesó mucho más y no estaba en el área de biología precisamente.

Como si ruleta rusa o azar se tratase, cerró sus ojos y dejó que su mano palpara los distintos tipos de libro en la sección de “psicología”; desde los más gordos a los más flacos, altos o pequeños, todo esto para divertirse un rato o aprender algo nuevo que es uno de sus intereses. Y sus oídos se sensibilizaron. Se oyó un ruido suave, un golpe, una maldición y un mandato de callar, esto causó que Spinel se detuviese y girase su cabeza hacia el ruido. A Steven se le había caído un frasco pequeño con algunas pastillas en su contenido. No logró leer qué era pero suponía de más. Se le quedó mirando, esperando que el corazón ajeno latiera por ella y dirigiera sus dos tazas de café a ella. Pero nunca funcionó. Él solo se limitó a disculparse y seguir trabajando. Spinel murmuró unos insultos totalmente infantiles y giró su mirada a su mano, que posaba encima de un libro.

Un libro de autoayuda.

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Buenos días(? Siento no haber actualizado últimamente, las clases y deberes me tienen saturada, lo peor es que en este finde semana entregan promedios y debo ponerme pilas.

Bien, ¿les gustó?

¿Teorías? :0

Quise hacer como un tire y afloje en Spinel, ella realmente no siente nada pero cree que sí(? Es algo incoherente que ella lo ve tan externamente y parece obsesionarse con el Esteban. No sé. Fue lo más ridículo que se me salió a casi la una de la madrugada.

Estoy cagada de sueño, las ojeras me cagan mi lindura :'c F.

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Autismo | Stevnel [Remasterizado]Where stories live. Discover now