cinco

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Jeongin bajó del auto despidiendo a su hermano con la mano. Hizo un sonido extraño con su boca y empujó la puerta del lugar.
Hoy era viernes, lo que significaba tener cita con la doctora. A Jeongin no le molestaba en absoluto asistir a sus citas, la psicóloga Jihyo era alguien realmente buena con él, y demás estaba decir que le daba un dulce a la salida de cada turno. Aunque a veces Jeongin se comportaba de mala manera con ella, Jihyo seguía siendo comprensiva y lograba tranquilizarlo en cuestión de segundos.

El olor a consultorio invadió sus fosas nasales, aunque nada se comparaba con el olor a fresas que había en la sala de Jihyo. Era fascinante.
Terminó de cruzar aquel largo pasillo y al fin se encontró con la secretaria Go que escribía en su computadora.
Jeongin viene aquí desde que tiene doce años, y siempre aquella mujer le hacía pasar un buen rato en la sala de espera.
Go Soyeon sonrió de oreja a oreja cuando el menor apoyó sus antebrazos sobre su escritorio.

-Noona, vengo por mi cita. - dijo despacito, esbozando una sonrisa.

-Lo sé Innie. Ve a sentarte allá, alguien me preguntó por ti cuando llegó. - susurró levantando sus cejas emocionada. Señaló a una pequeña niña dibujando concentrada sobre la mesa. - Dijo que tenía un regalo para ti.

Hizo una reverencia agradeciendo a Soyeon. Caminó con las manos escondidas en los bolsillos y cuando llegó a dónde estaba su amiga, se agachó a su altura.
Trazaba con lápiz verde las hojas de los árboles, mientras sacaba su lengua hacia un costado.

-¡Innie oppa! - la niña habló con felicidad, mostrando una amplia sonrisa a Jeongin.

Saludó con su mano, sentándose junto a ella, tomando una de las hojas blancas.
Jeongin pudo darse cuenta de que esta vez la niña estaba sola, su madre no parecía estar en la sala.

"Su madre no está aquí, es peligroso dejar a una niña tan pequeña sola."

-Soo Ah. ¿Estás sola hoy? - comenzó a dibujar varios círculos en el papel.

-Sí. Mamá no podía venir conmigo hoy porque tenía una reunión importante. - puchereó balanceando sus pies que no llegaban a tocar el suelo. - Pero Nini vendrá a buscarme cuando termine.

"Siempre habla de ese o esa tal Nini desde que la conocí y aún no entiendo quién es."

Asintió pretendiendo entender lo que formulaba Soo Ah.
El menor disfrutaba la compañía de la niña, ella en su corta edad había pasado tantas cosas, y Jeongin llegaba a pensar que él era su único amigo. A Soo Ah no le gustaba hablar sobre sus problemas, pero solía decir que todo fue su culpa, y con eso Jeongin comprendía perfectamente que ella estaba mal.

-Dibujo. Soo Ah hizo un dibujo para Innie oppa. - sacó del bolsillo de su abrigo rosado un papel torpemente doblado y se lo entregó a Jeongin. - Lo hice esta mañana en el recreo de la escuela. - sonrió.

Con delicadeza desdobló en papel, no sin antes leer la corta dedicatoria que había en el exterior.

Para Innie oppa, con mucho amor, Soo Ah. ¡Te quiero!

"Esto es adorable."

En la hoja estaba dibujado con color verde un niño, de color naranja una niña con coletas, y de fondo un parque en un día soleado.
Sobre la cabeza de cada persona estaba escrito el nombre de Jeongin y Soo Ah con muchos corazones.
Jeongin estaba conmovido por el tierno gesto de la niña.

-¿Te gustó? - sus palabras tenían una pizca de tristeza.

-Claro que sí. - la abrazó un período corto de tiempo.

𝐀𝐍𝐗𝐈𝐄𝐓𝐘 ✗ hhjn + ygjnWhere stories live. Discover now