Pretendientes

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Abrí los ojos y estaba en la cama de un hospital, me dolía el cuerpo no me podía mover mucho, tenía enyesado el brazo derecho, el mismo el cual me rompí el día del partido... Espera, el partido, ¿Que paso?, ¿Cuanto tiempo he estado así?, agache la mirada con cuidado y mire que tenia hielo en las costillas, me dolía mucho respirar, solté un grito ahogado, dolía mucho, volteé hacia el sillón del cuarto y allí fue cuando lo vi, ¿Un angel?, no, este soltaba una belleza increíble, mayor que la de un ángel, mire bien y era Simón, estaba dormido, era increíblemente perfecto, sonreí y solté otro grito ahogado, debo mantenerme quieto. Trate de hablar pero solté un leve jadeo, no tenía mucho aire para hablar, pasaron unos minutos y volví a intentarlo.

—S-si-m-món...

Dije muy suavemente y casi en un susurro, pero fue lo suficientemente fuerte para que Simón me haya escuchado, porque abrió los ojos lentamente, bostezo y me miró.

—Villa, has despertado.-sonrió dulcemente.-¿Te duele algo?.

Yo lo mire inocentemente y apunte a mis costillas.

—¿Tus costillas?, mmm, ya se, lo recuerdo, lo que pasa es que cuando te desmayaste te trajeron al hospital y nos dijeron a todos los del salón, menos a Andrés claro el se quedo castigado, bueno, nos dijeron que tenias roto el brazo y las costillas.-se sentó a mi lado y acaricio mi mejilla.

—¿Puedes hablar?.-preguntó y siguió con sus caricias.

—Un poco, m-me d-duele m-muc-cho inten... Ah~.-gemí de dolor, me moví más de la cuenta.

—Tranquilo, estarás bien, yo te cuidare mi niño.-beso mi mejilla.

Sonreí y acaricie su cabello con mi mano izquierda.

—¿C-cuan-nto t-tiempo a p-pas-sado?.-pregunte mirando a esos ojos cafes que me vuelven loco.

—Han pasado dos días, en todo ese tiempo yo me negué a separarme de tu lado, han venido aquí Martín, Isaza, Alejo, tus papás, Laura y el entrenador de su equipo.-dijo mirándome a los ojos.

—C-creí que era el pop-pular d-del colegio.-reí un poco, aunque me dolía el hacerlo.

La gente del colegio realmente es muy hipócrita, se supone que les importo mucho, pero ¿a quién le importa? a mi me vale una mierda ser popular.

—Se supone.-rió un poco.-sabes... Lo que pasó el día del partido, bueno... yo...

Puse mi dedo en los labios de Simón en señal de que guardara silencio, sonreí y hable calmadamente, bueno, si es que lo que hago es hablar.

—Sim-món, n-no t-te preocupes-exhalé- y-ya te dije que n-nunca sería-capaz de juzgarte, porq-que, bueno, n-no s-se como d-decírtelo, y-yo te quiero, e-es obvio t-te conozco desde q-que éramos niños y a-ahora míranos, yo estoy e-en el hospital por un estúpido y t-tu m-me estas cuidando c-con tu vida... Lo que trat-to de decir Simón es que yo... E-estoy confundido, r-realmente lo estoy, n-no sé que h-harían mis papás si descubren que no soy lo q-qué esperaban, que su u-único hijo varón s-salio homosex-xual y q-que ama a s-su mejor amigo.-mis ojos se cristalizaron mientras hablaba, Simón me escuchaba atentamente mientras yo hablaba.

—¿Hablas de Isaza? ¿El te gusta, cierto?.-preguntó con la mirada baja.

—No idiota, h-hablo de ti, a-ti es a quien a-amo.-dije sonrojado.

—¿D-de verdad?.-preguntó sonrojado.

-S-si.-dije y lo acerque para hundirnos en un profundo beso.

—Villa, por favor, responde, ¿Es a Isaza a quien amas?.-preguntó en un tono desesperado, sus ojos se cristalizaron, una de sus manos estaba en su pecho.

Causa Perdida || Original VersiónWhere stories live. Discover now