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Intentaron olvidarse de lo ocurrido ayer en la noche y colocaron su atención a la clase de la profesora McGonagall quien les estaba explicando como convertir sus mascotas en copas.

— Ahora, quien quiere intentarlo? — Pregunto McGonagall —. Señor Weasley.

Ron asintió y tomo su varita copiando los pasos que había mencionado la profesora, pero por causa de su varita dañada el hechizo se realizó por la mitad dejando una copa aún con la cola de su rota y su cuero.

— Deberá buscar otra varita señor Weasley — Sugirió McGonagall —. Señorita Potter?

Alaska estaba algo distraída y pidió que repitiese los mismos pasos para ella hacerlo bien, su erizo se convirtió en una linda copa.

— Muy bien señorita Potter, 10 puntos para Gryffindor — Dijo la profesora McGonagall mientras deshacía el hechizo en el erizo.

Pero en ese momento Hermione alzo su mano llamando la atención de la profesora quien le dio el permiso de hablar.

— Profesora, podría hablarnos acerca de la cámara de los secretos? — Todos esperaron la respuesta de la mujer quien parecía no querer hacerlo.

Al final lo hizo, comenzó hablar desde un principio desde los fundadores de las casas de Hogwarts. Uno de ellos, Salazar Slytherin no estaba de acuerdo con la presencia de ciertos magos en la escuela de aquellos que no eran puros, como Hermione.

— Se dice que solo el heredero será capaz de abrir la cámara y soltar los horrores que encierra — Continuo la profesora.

Todos estaban en silencio y más de uno sintió escalofríos ante esa historia.

Cuando al fin acabo la clase los cuatro niños se dirigieron hacia la biblioteca para encontrar alguna ayuda acerca de la cámara de los secretos, tenían miedo que ese heredero fuese Malfoy y todos sabían que podría llegar a ser capaz si abría ese sitio y poseía el control de aquel monstruo que estuviese dentro.

— Poción multijugos? — Pregunto Alaska.

Se acercó a su amiga para leer más sobre el tema y por lo que sus ojos veían era bastante complicado.

— Al — Hermione cerró el libro de pronto y lo oculto —. Hola chicos.

— Hola Oliver — Dijo dijeron los niños.

— Es hora de nuestro entrenamiento — Dijo Oliver algo incómodo por la mirada de los tres niños sobre él.

Alaska asintió y miro a sus amigos quienes asintieron para que fuese con él. Oliver le pregunto si todo estaba bien y ella solo respondió con un simple sí, no quería profundizar el tema al menos no con Wood.
Mientras se dirigían al campo de juegos vieron a Draco pasar junto sus dos amigos, Oliver se llevó una mirada fulminando y un choque de hombros por parte del rubio.

— Es un tonto, por cierto buen golpe el de ayer — Dijo Oliver a lo que Alaska sonrió.

— Se lo merecía — Ambos rieron.

Alaska entro en calor para luego seguir las instrucciones de Oliver como ayer, el chico esta vez le puso pruebas más difíciles esperando a que ella las pasará sin problema.

— Estás seguro que podré con esto?

— Tranquila, confío en tí — Dijo Wood dándole ánimo.

Alaska se sonrojo y suspiro por un momento antes de comenzar a volar e intentar lograr hacer puntos. Todo iba marchando bien hasta que sintió que su escoba comenzaba a descontrolarse, se preocupo al ver lo alto que estaba si llegaba a caer entonces decidió bajar un poco y allí caer de ella.

— Alaska! — Se acercó Wood algo preocupado —. Está bien?

— Sí, algo extraño le sucedía a mi escoba — Respondió Alaska.

Oliver miro hacia todos lados y logro ver que alguien huía de allí, intento ir por esa persona pero Alaska lo detuvo.

— No te preocupes, estoy bien — Sonrió Alaska —. Creo que es mejor que me vaya.

— Está bien, mañana continuaremos — Dijo Oliver ayudándola a poner de pie.

Alaska se despidió de él para dirigirse a su habitación pero en la mitad del pasillo recordó que tenía las muñequeras de Oliver y debía devolvérselas antes que su entrenamiento comenzará. Lo busco en el campo otra vez y ya no estaba pero oyó su voz en uno de los pasillos.

— No sé a qué se refieren — Dijo Oliver.

Alaska se mantuvo en silencio oyendo su conversación con Katie Bell y Percy.

— Te vemos mucho con Potter, acaso nos vas a negar que te gusta — Dijo Katie riendo.

— Están dementes, no me gusta, como podría gustarme una niña — Dijo Oliver —. Además solo la ayudo con el Quidditch porque McGonagall me lo pidió ni siquiera somos amigos.

Esas palabras fueron una daga al corazón de Alaska, la niña se le cristalizaron los ojos y salió huyendo de allí antes que la descubrieran.
Aún no creía como Oliver había mentido de tal manera, porque la avergonzaba estar con ella si fue él quien se acercó.

— Al? — Pregunto Hermione entrando a su habitación.

La niña abrazo a su amiga y comenzó a sollozar mientras le contaba todo lo sucedido con Oliver. Hermione le dio tanta pena y molestia que estaba dispuesta a ir por Wood para golpearlo.

No quiso ir a cenar prefirió quedarse encerrada en su habitación para luego dormir pero mientras leía junto su erizo escucho que tocaron la puerta. No quiso abrir pero al ver que insistían no tuvo remedio que ir.

— Al — Su expresión se enfureció al ver a Oliver allí.

— Que quieres? — Pregunto fría y cortante dejando sorprendido a Oliver.

— Que te sucede?

— Porque te importa? Si nosotros no somos ni siquiera amigos, o eso le hiciste saber a Katie y a Percy no? Acaso te juntaste conmigo por las órdenes de McGonagall? Que yo sepa eso no fue lo que me dijiste Wood.

— Lo siento Al, déjame explicarte — Dijo Oliver bastante arrepentido.

— No! Vete de aquí y no me hables jamás, tu no me conoces y jamás lo harás, vete de aquí! — Dijo arrojandole sus muñequeras a la cara para que se fuera.

Alaska cerro la puerta de golpe y se echó a llorar al suelo. Se sentía una tonta por confiar en él, humillada pensando que sus intensiones eran buenas pero al final no lo fueron.

— Tonto Oliver, tontos todos — Dijo Alaska pero a los segundos su erizo se acercó a ella para animarla —. Menos tu, señor Tumnus, eres bueno.

Alaska decidió recostarse en su cama y descansar para olvidar lo ocurrido ese día, al menos por unas horas antes de volver a la realidad.

𝐇𝐄𝐈𝐑𝐄𝐒𝐒 |𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝|Where stories live. Discover now