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Exhalo.

Estaba agradecido con la vida de que el malentendido no hubiera pasado a más y que su pareja hubiera entendido sus razones.

 ─Vamos a mi casa, dejé a los chicos durmiendo, no quiero que llegue alguien más y empiece a tocarles la moral desde temprano.─ comentó su novio, le daba ternura la actitud protectora que tomaba el chico con sus amigos.─Probablemente se queden un día más ¿quieres quedarte con nosotros?

─Por supuesto, ayudare con el desayuno.─ salieron de La casa dirigiéndose abajo a la vivienda abarrotada de amigos.─Uy, mira.─ llamó la atención de su novio y le señaló a la puerta de casa, ante ella estaba Samuel tocando desesperadamente.

Sin decir nada, Raúl corrió hacía el chico de abrigo, gritó su nombre para que detuviera los toques.

─Samuel, ¿qué haces aquí?.─ la voz de Auron estaba impasible, lento y directo, se acercó a ambos dejando un espacio considerable para que hablaran.

─Creo que es lógico, estoy buscando a mi tontito, ¡Rub! ¡Sal, tenemos que hablar!.─ esperaron la respuesta del peliblanco, no recibieron ninguna.

─Esta claro que Rubén aún no está listo para verte y como su psicólogo, amigo y dueño de la casa te pido amablemente que te retires.─ los ojos de Samuel lo buscaron, desesperados.─Sam, te prometo hacer lo mejor para Rubén.

─Lo amo Raúl, con locura, no puedo dejarlo.─ comentó

─No lo hagas entonces, dale tiempo y... esperamos que el amor sea suficiente.─ vio como su amigo se años se soltaba a llorar, fue directamente a él para abrazarlo, escucho como su novio entraba a la casa.

─Sam, tranquilo, estoy aquí, prometo ayudar también.─ dejaba pequeñas palmadas en la espalda de su amigo.─ pero necesito saber qué paso con Guille.

─Fue un caos Luzu, no esperaba que se me saliera de las manos así.─ Samuel se alejó de sus brazos y limpio sus mejillas.─ siempre he tenido una debilidad por Willy, lo adoro pero lo que pasó con él estos días cruzó los límites.

Se quedó de piedra mientras escuchaba como en una noche de borrachera Willy lo beso a la fuerza y después lo chantajeo con contarle a Rubén, Sam consciente de las inseguridades de su novio se dejó hacer por el albino, lo que le pedía a cambio era conservar su amistad pero no contaba con que la historia llegará a los oídos de Alex, Willy le juro que no había dicho nada cuando lo confronto la noche anterior pero no le creía más.
Sí que habían pasado más tiempo juntos pero como amigos, después del beso que le dio su mejor amigo intentaba evitarlo, no sirvió de nada.

Sabía que la culpa no era de su amigo pero... debió haberle dicho él mismo a Rub.

Lo consolo por un momento antes de que el pelinegro decidiera irse a su casa para arreglar desperfectos, para calmar su ansiedad.

Entro en la casa y encontró a todos en la sala rodeando a Rubén.

─No estoy listo.─ comentó el peliblanco intentando finalizar el tema.─ voy a venir a terapia y cuando me sienta mejor, entonces será tiempo de enfrentar mis demonios uno a uno, no quiero arruinar nada con Samuel antes.

Tiempo, era lo que necesitaban, Samuel debía superar la dependencia que tenía hacia Willy, por su parte Rubén tenía que enfrentar sus inseguridades.

─Quitad esa cara larga mamones, mami Luzu está aquí.─ adoptó la pose graciosa y de protección que solía mantener con los menores, sorprendiendo a su novio y a Lolo, que nunca lo habían visto así.

Sin dejar paso a comentarios fue directo a Rubius y lo abrazó con fuerza, le susurro que haría el desayuno para todos con Auron, que traerían ropa de sus casas y que todo iba a estar bien, que hablarían con Sam para que le diera tiempo, lágrimas comenzaron a caer por el bonito rostro del pequeño.