Baby Boo👟

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Raúl preparaba el desayuno con una calma y dulzura poco vista en él, una de los deberes que menos le agradaba de la casa era cocinar pero por sus niños haría las tres comidas del día si hacía falta.
Mientras le daba la vuelta a la última tortita, carcajadas invadieron el lugar haciéndolo sonreír aún más.
Comenzó a preparar el café que acompañaría el huevo revuelto con tocino.
Sirvió en un pequeño plato de oso los hotcakes y le colocó un popote a una espumosa bebida achocolatada.
Recordó la fruta picada gracias a un pequeño quejido de la habitación que decía "pero papi, la sandía no me gusta" decidió ser suave y le sirvió solamente papaya con plátano, sus favoritas.

Unos pasos apresurados se aproximaban a él y como el primer día que pudo verlo, sintió su corazón apachurrarse y sus ojos humedecerse.

─¡Papá! Buenos días.─ un pequeño niño de caireles achocolatados corrió directo a sus brazos.─ Papi Luzu ya viene.

Su esposo los veía ya desde el marco de la cocina, una gran sonrisa llenaba su rostro.

─Buenos días Auronsito.─ su pareja se acercó a dejarle un corto beso en los labios, el niño los observaba con amor.

─Papá, ¿puedo sentarme a tomar el desayuno?.─ pregunto un hambriento pequeño de piel pálida.

─Por supuesto baby boo.─ observo al niño apresurarse a su sitio en la mesa, el cual tenía varios cojines para que la alcanzará sin dificultad.

─Es precioso nuestro pequeño.─ susurro Luzu, lo abrazo por los hombros, intentando darle confort.─ pensé que nunca estaría con nosotros.

─Yo también.─ le dio un rápido beso en la mejilla antes de dirigirse a la mesa con el nene.

El proceso de adopción había sido todo menos fácil para ellos, en el momento les indignó demasiado ya que sin tanto reparo Sam y Rub pudieron adoptar a un pequeño niño que nombraron Bryan, el nene tenía cinco años de edad y su actitud le recordaba un poco a él mismo, se mostraba malo y rudo pero en el fondo era un pedazo de sol, tal vez podía ser buen amigo de su hijo.

Recordó que les habían permitido ver a los niños y platicar con alguno, la encargada estaba contestando una llamada y nadie le prestaba atención a los pequeños sollozos que se escuchaban en la sombra de una banca.

Y entonces lo vió, sintió su corazón detenerse por un microsegundo, la imagen de un solitario niño con raspones en las blancas rodillas y unos preciosos ojos cafés como los de Luzu llenos de lágrimas lo enternecieron al punto de ir a preguntarle si todo estaba bien, su esposo no se quedó atrás cuando apresuró el paso a la salida del orfanato, directo a la farmacia más cercana para comprar algo que calmara las heridas del infante.

─Hola pequeño, ¿qué ocurrió?.─ se puso de cunclillas ante el chico de cabellos despeinados que apego sus brazos entre las piernas, sin tocar sus heridas.

─S-señor, estaba jugando en el columpio y a-alguien me empujó.─ con cada palabra entrecortada un sollozo salía de sus pequeños labios.─ N-no se porque no les agrado.

─Tranquilo, ya pasó, Luzu fue a comprar algo para hacerte sentir mejor.─ se sentó al lado del niño y recorrió la mirada entre los otros, algo molesto.

─Disculpe, ¿quién es Luzu?.─ el niño pregunto, algo curioso.

─Oh, Luzu es un héroe, en cualquier minuto llegará a salvarte del ardor.─ contestó feliz, la mirada del niño se iluminó.

─¿Por qué a mi? Puede salvar a cualquier otro niño.─ en este punto le sorprendía demasiado la capacidad de razonamiento y el vocabulario del niño.

Our Home                                                          ╚» Luzuplay «╝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora