Capítulo 15

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Cuando era niño, la gente solía repetir una y otra vez cuánto se parecía a su padre. Tenían la misma estructura ósea, la misma boca y hasta las mismas expresiones. Sus gustos eran similares, pero lo que más resaltaba a la vista de todos era el parecido de sus ojos. Louis amaba que lo dijeran, amaba saber que a pesar de no compartir el mismo gen alfa las personas recordaban a Ethan cada que lo veían. Se sentía gigante y orgulloso.

Louis miró los ojos que un día fueron el espejo de los suyos y se dio cuenta que toda esa gente estaba equivocada. Porque donde Louis era cálido océano tropical, su padre era hielo ártico. Donde Louis era amabilidad y perseverancia, su padre era mezquindad y malicia.

Tragó duro cuando el dedo de Ethan se movió contra el gatillo. Estaban expuestos a la vista de todos, el viento nocturno despeinando sus cabellos llevándose consigo el aroma a aceite de auto y alcohol que rodeaba a su padre, pero el espectáculo sobre llantas distraía a la gente del horror que el pequeño y su compañero estaban pasando.

Aquellos glaciares ojos encontraron su mirada y el miedo caló sus huesos, delatando cuán distintos en realidad eran. Cuánto daño el alfa era capaz de hacer. Los oídos de Louis pitaban. Estaba aterrado, pero no podía llorar, sus ojos estaban secos, su cuerpo tan inmóvil que le sorprendía seguir respirando. Lo único que advertía era aquel sonido desesperante, las manos de su compañero entre las suyas y el cañón del arma que les apuntaba con firmeza.

Harry se movió en un segundo y lo cubrió entero, poniéndose frente a su padre, absorbiendo toda la atención de la mira del peligroso objeto.

_ Alto ahí, campeón.- advirtió con una calma confiada, derivada de su victoria. Harry dejó salir un potente gruñido de advertencia. Podía sentirlo peligroso, sus feromonas picando en su nariz.- Vas a separarte de él ahora o voy a jalar del gatillo y haremos un desastre aquí.

La diversión que derramaban sus palabras hizo que la bilis subiera por la garganta del omega. Todo su cuerpo estaba rígido, cada respiración la sentía trabajosa. Ethan lucía sucio y dejado, sus ropas manchadas, su cabello sin brillo.

Si había pensado que el aspecto de su padre era terrible antes de dejarlo, esto era un nivel totalmente diferente de olvido y desidia sobre sí mismo.

_ Púdrete, no le pondrás un dedo encima.- El demente hombre sacudió la cabeza con una mueca y chasqueó la lengua.

_ Sigues restando puntos con tu suegro, chico.- Luego su tono perdió la diversión y el agarre de su arma se afianzó.- Ahora dame a mi hijo y todo estará bien.

_ ¿Qué quieres?- preguntó Louis cuando pudo encontrar su propia voz. Medio cuerpo saliendo del refugio de su alfa para encarar al monstruo de su pasado.

_ Te quiero a ti. En el auto. Ahora.- Señaló hacia atrás con la cabeza y Louis pudo ver por primera vez un maltrecho auto deportivo que él conocía muy bien. Era el vehículo que Nick le dio cuando lo puso a correr para su gente. Verlo allí trajo demasiados recuerdos odiados.

_ ¿No me escuchaste? ¡No vas a tocarlo!- Ethan le dio una mirada sobradora al rizado recorriéndolo de arriba a abajo, escaneandolo. No parecía impresionado. Luego se dirigió a su primogénito.

_ ¿Esto es lo mejor que pudiste conseguir?- se burló con un movimiento de cabeza y la misma mueca despectiva que usaba para insultarlo cuando vivían en la misma casa.- ¿Y te atreves a creerte mejor que yo? No eres más que la zorra de un corredor ilegal. - escupió disfrutando cada segundo del enfrentamiento.- Igualito a tu madre.

Los puños del omega se apretaron ante la mención de su madre. El calor de la furia fundió el frío miedo con el que Ethan lo había inmovilizado.

Race to your heartWhere stories live. Discover now