II

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No hace falta una explicación más, su madre mira a Gulf con orgullo, el está hecho un manojo de nervios pero su cara no lo dice, es más no muestra expresión alguna, ni siquiera de pena. La muerte no le trajo dolor, le trajo ira.

Los flashes se vuelven molestos y las inmensas preguntas de los reporteros están sacándolo de quicio.
Sin embargo, no lo demuestra, mantiene su hermosa sonrisa de labios formada y asiente cuando la respuesta es afirmativa.

Nadie en el medio cree que esté incapacitado para el puesto, es más, saben que las empresas serán exitosas, porque tiene el mismo aura que su padre, su nuevo secretario también está serio. Da la misma confianza que el anterior, la gente escribirá en sus artículos sobre eso:
- la madre orgullosa.
- el joven empresario.
- el secretario que da la misma pinta que su antecesor, o bien, su abuelo.

La sesión termina con su energía y su agenda se ve llena pese a que el evento terminó.

La oficina se ve igual de estresante que ayer.

El hermoso ventanal que ayer daba un melancólico atardecer, hoy muestra un triste día nublado.

Estar en casa no es mejor que en ese lugar, los sirvientes nunca dejan de inclinarse ni de hacer todo para él, le tienen el desayuno y la comida lista, horarios definidos y estrictos protocolos en la mesa, todos lo idolatran y lo tratan como si fuese de cristal.

Muchos desearían su vida, porque todo lo hacen para el, no tiene que levantar nada ni mover un solo músculo, basta con sonar la campana de su habitación o tronar los dedos.

Ese hilo de poder, ese sentimiento es satisfactorio pero cansado.

Está acostado en la cama, trata de no arrugar nada del traje porque está noche tiene una reunión con los accionistas, aunque sabe que será para medir quién de ellos se arrastrará para ser su siguiente 'Chupamedias'

Todos son un montón de idiotas, porque él no será tan débil como su padre.

El toque de la puerta solo lo hace abrir los ojos, porque sabe que es una de las mucamas que traerá una toalla húmeda para su rostro.

La chica deja la tela tibia en su cara y se prepara para marcharse, nadie de la servidumbre puede dirigirle la palabra...

Pero...

— Sanah...

— Señor... — contestó sin voltear, aunque ni siquiera se atrevió a alzar la vista.

— ¿Qué haces saliendo de trabajar? ¿A dónde vas cuando termina tu turno?

— Yo... Pues...  Mi hermana mayor tendrá una reunión con sus compañeros de código de la universidad, estaré ayudando en casa... Señor.

— vaya, suena bien, yo, no conozco a nadie en la universidad.

La chica se quedó en silencio, ante la falta de ideas para responder, no podía sentir lastima por él, al menos no en voz alta.

— Me retiro...

— ¿A qué hora será esa reunión?

— A las nueve, en mi casa.

— ¿Crees que pueda asistir?

La chica abrió la boca sin articular palabra. Decir que no era una opción totalmente descartable, pero no es como si llegara con su hermana mayor a decirle; "hola, Puifai traje a mi jefe"

— Si quiere...

— Vale, terminando tu turno acércate al señor Gun y él te llevará a casa, yo llegaré un par de horas después.

PhotographerTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon