𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝑽𝒆𝒛

Cena en pareja

POV Lena

El día pasó velozmente, con la búsqueda de vestidos y la inevitable incertidumbre sobre si me quedaran bien. Al final, logré conseguir dos opciones, uno entallado a la rodilla con un escote sugerente, y otro demasiado atrevido para mi gusto, apenas cubriendo lo necesario. ¿Cómo había usado alguna vez ese vestido? Y más importante aún, ¿por qué aún lo conservaba? Decidí que en cuanto regresara, ese atuendo iría directo a la basura. Aunque tenía tiempo de sobra, me preparé temprano. Quería llegar primero a la casa de Lex.

—Vaya, vaya, vaya. ¿Qué hiciste con Lena? — me recibió Alex con una sonrisa.

—¿Así que escondes todo eso en un par de jeans y camisetas? Lena, deberías usar más vestidos. Te digo, que si vistieras así a diario tendrías literalmente a toda la ciudad a tus pies.

—Oh, vamos Alex. Solo es un simple vestido, y los jeans son más cómodos— respondí modestamente.

—Estoy de acuerdo contigo, pero ese vestido sea simple o no, te queda perfecto. Esta noche vas a arrasar.

—¿Qué cosas dices? — ya comenzaba a sonrojarme.

—Es la verdad— se encogió de hombros, yo solo rodé los ojos.

—¿Podrías decirme la hora?

—Claro— Alex miró su ordenador. —Ya son las seis, y cincuenta y dos.

—Oh mierda, debo apresurarme.

—Tranquila, no eres la única que va tarde, Kara también acaba de salir.

—Pero está mañana le dijo a Lex que no iría— dije mientras abría mi bolso para buscar las llaves del auto.

—La hice cambiar de opinión. Fue algo difícil, pero al final lo logré. Ahora ve antes de que esa glotona te deje sin cenar— dijo refiriéndose a su hermana.

—Adiós, Alex— sonreí.

—Espero que la pasen bien— guiñó su ojo.

¿Qué estaba pasando? ¿Porque ahora todos me guiñaban el ojo? Bueno, solo habían sido Lex y ahora Alex lo estaba haciendo, era algo extraño. ¿Eran cómplices de algo o qué? ¿Qué les sucedía? Este día había sido muy raro y lo peor es que aún no acababa.

Conduje hasta la casa de Lex. No tardé mucho en llegar por el poco tránsito que circulaba por las calles, algo raro en Ciudad Nacional incluso a medianoche había más tránsito que a esta hora. Estacioné el auto frente a la casa. Al instante en que apagué el auto mi teléfono sonó, lo busqué en uno de los bolsillos de mi bolso y contesté.

—Hola, mami.

—Lara, lo siento, olvidé llamarte. ¿Está todo bien?

—Sí. Estuvimos todo el día viendo películas y pedimos pizza. La abuela se quedó dormida cuando empezamos a ver Onward, le está saliendo baba de su boca.

—Debes tirarle una foto y enseñársela mañana cuando se despierte— una risita cómplice retumbo en mis oídos.

—Me parece una idea genial.

—Recuerda acostarte temprano. No quiero que estés hasta tarde viendo televisión.

—Sí, ésta es la última.

—Bien, mi amor. Debo dejarte, tendré una cena con tu tío Lex y ya estoy un poco tarde. Hablamos mañana.

—Okay, te amo mami.

—Yo también te amo, que descanses— corté la llamada.

Bajé del auto, tan solo di cuatro pasos y vi a Kara cruzar la calle. No estaba igual de formal que esta mañana, pero seguía igual de atractiva. Llevaba una blusa blanca de manga larga con cuello alto y unos jeans algo sueltos. Tenía el cabello igual que esta mañana y tampoco llevaba sus lentes. Creo que me daría un infarto. Como es que con tan poco esfuerzo lograba ponerme a sus pies, la boca se me hacía agua.