¿Te suena Diana Prince?

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La noche anterior había sido una locura. Como si hubiera vuelto a revivir sus años de universidad. Desde esos días nunca había tomado tanto en su vida hasta perder todos sus sentidos. No sabía cómo había llegado a su cama, pero su cabeza no dejaba de doler, se sentía fatal. Cuando logró sentarse miró al otro lado de la cama, había una mujer. No recordaba haber tenido sexo la noche anterior. Su cabeza no dejaba de dar vueltas, se olvidó de la mujer a un lado para abrir uno de los cajones de la mesita de noche en busca de pastillas para aliviar el dolor. No halló nada en el primero, cuando abrió el segundo no se sostuvo bien y cayó al suelo recibiendo un golpe en la frente de parte del cajón entreabierto. Todo el alboroto causó que la otra mujer en la habitación despertara. Kara se encontraba maldiciendo en el suelo con los ojos cerrados.

- ¿Estás bien? - preguntó la mujer, restregándose uno de sus ojos. Kara se sorprendió por haberla despertado. Abrió los ojos y miró a la mujer.

- ¡Pero, qué carajo, Alex!

- ¿Qué? - preguntó adormilada su hermana.

- ¿Qué haces en mi cama? ¿Por qué duermes en sostén? Para la próxima ponte una camisa o algo. Pensé que eras una mujer cualquiera.

-Vete a la mierda, Kara. Acostumbró a dormir así, me siento más cómoda.

- ¿Por qué no te quedaste en la habitación de invitados?

-Lo iba hacer, pero tú no dejabas de llorar anoche, además de que no parabas de decir que le tenías miedo a la oscuridad, hubiera dormido plácidamente en la otra habitación. No recordaba que roncaras tanto.

-Vaya no recordaba que el alcohol golpeara tan fuerte.

-Sí, también el cajón de la mesita de noche. ¿Estás bien?

-Sí, sólo estoy algo mareada.

-Bueno, tómate las pastillas y ve a lavarte el culo, yo iré a preparar el desayuno.

-Porque debo hacerte caso, no eres mamá - Alex agarró una almohada y se la arrojó.

-Pero soy tu hermana mayor.

Kara no hizo más que llegar al hotel y encerrarse en su oficina. Al menos esta vez sí estaba haciendo algo, productivo. Algo que la mantuviera distraída.

-Diana Prince- susurró, mientras buscaba ese nombre en un listado de los últimos huéspedes, hasta que dio con él.

-Bien - se acercó al teléfono sobre el pequeño escritorio y marcó los tres dígitos que daban directo a recepción.

-Buenos días, recepción.

-Alex necesito que me envíes los documentos con información de los siguientes nombres: Felicity Smoak, Jefferson Pierce, Barry Allen y Diana Prince.

-Ah, sólo eres tú. Sí, enseguida te los llevo, jefa - Kara sonrió antes de colgar el teléfono. Alex odiaba que llamara desde el teléfono de su oficina. A los cinco minutos Winn entró.

-Alex te envía esto.

-No los pudo traer ella- dijo sin dejar de marcar otras cosas.

-Ya sabes cómo es- Winn le dejó los papeles sobre el escritorio antes de sentarse.

-Llegaron nuevas solicitudes para los puesto de limpieza- le extendió los papeles de solicitudes.

-No pensé que llegarían tan rápido. ¿Tú darás las entrevistas?

-A la única persona que le conciernen esas entrevistas es al jefe del personal de limpieza, o sea a ti.

-Vaya que humor. Necesitas relajarte.

-Estoy comenzando a estresarme- colocó sus manos en su cabeza.

-Será mejor que me vaya. ¿No necesitas nada más, cierto? Chao.

Luego de que Winn abandonara la oficina, Kara extendió su brazo para alcanzar los papeles que antes le había traído. Leyó los nombres, Felicity Smoak, Jefferson Pierce, Barry Allen y.... no encontró el de Diana Prince.

- ¿No puede concentrarse y hacer las cosas bien? - bajó hasta recepción para pedir los documentos personalmente.

- ¿Diana Prince?

- ¿Qué sucede con Diana Prince?

-En donde tienes la cabeza, Alex. Te pedí unos documentos. Felicity Smoak. Jefferson Pierce. Barry Allen. Diana Prince- nombró la rubia algo cansada.

-Pero, si te los envíe con Winn.

- ¿Te suena Diana Prince?

-Sí...

-Pues ese no me llegó.

-Disculpen. Es que no pude evitar escuchar mi nombre ser repetido tantas veces - Kara volteó totalmente avergonzada.

-Lo siento, sólo pedí sus documentos aquí en la recepción y al parecer no saben trabajar como se debe- fulminó a Alex con la mirada.

-Ah, usted debe ser Kara Danvers.

-Sí, un gusto señorita Prince.

-Dime Diana, creo que ha repetido demasiadas veces mi nombre como para estar en confianza.

-Lo siento de nuevo, por eso.

-No se preocupe. Tal vez me esté aprovechando de la situación, pero ¿le gustaría cenar conmigo esta noche?

No estaba segura de si debía aceptar la invitación de la mujer frente a ella. Tenía muchas cosas que hacer y... Un leve empujón de parte de Alex la obligó a contestar, porque se había quedado callada.

-Me parece bien. Ya a las siete voy de salida. Si quiere...

-De acuerdo, aquí la esperaré - la mujer le dedicó una sonrisa antes de irse.

-Deberías darme las gracias por haberte conseguido una cita- Kara la miró.

- ¿Tienes el documento?

-Aquí está - Kara se encaminó de vuelta a su oficina.

- ¡De nada! - escuchó a Alex gritar, antes de que se cerraran las puertas del elevador.

𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒂 𝑽𝒆𝒛Where stories live. Discover now