Capítulo V

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Sus ojos estaban tan metidos en las páginas de ese libro, ¿leerá siempre el mismo? y es que a esta distancia no logro ver nada, otra vez esa sensación necesito cruzar, necesito ir donde él; estamos en la esquina de mi casa, bueno en realidad solo yo lo estoy porque él está más o menos a una cuadra lejos de mí. ¿Acaso otra vez estoy corriendo?  siento la brisa, él me mira, su rostro otra vez está preocupado; no quiero seguir corriendo hacia él, sé que no llego a su lado pero tampoco sé cómo frenar, estoy tan cerca, tan cerca cuando...caigo...

El despertador de mi celular me hace saltar de la cama, otra vez me siento tan cansada, otra vez estoy asustada (creo que es esa sensación pues no estoy segura); siento pasos en la escalera y entonces entra Alicia.

- Mi niña ¿otra pesadilla?- su cara demostraba preocupación y a su vez ternura.

- Si Alicia, pero ya estoy bien-

- Bien, el desayuno está listo, dice el señor que hoy no puede irte a dejar a clases, hoy él debe estar en el trabajo más temprano-.

- Gracias Alicia, entonces me apuraré, bajo de inmediato-.

Corrí al primer piso, no alcancé a despedirme de Richard, me senté y desayuné rápido, cuando me iba sola debía apurarme más para poder tomar un autobús.

A penas salí de casa me crucé con el auto de la madre de Leonor, a diario llevaba a Marcia y esta vez me invitó a subir, así que llegué con ellas a clases y como pocas veces pasaba, puntual. Durante todo el día estuvimos escuchando a Leonor contarnos sobre su viaje del fin de semana a la casa de sus abuelos. Era triste pensar que yo no conocía a ningún abuelo, por parte de mamá; ni papá ni yo sabíamos de su existencia y por parte de papá, la relación con ellos era nula, Richard había sido auténticamente criado por Alicia, su nana; sus padres trabajaban durante largas horas del día y dedicaban su tiempo restante a cursos y viajes al exterior; cuando papá cumplió la mayoría de edad y se le dio la oportunidad de venir a Auckland a estudiar no lo dudó y la tomó, aun cuando era lejos de su familia, no le costó. Intentó tener contacto con ellos en algún momento pero siempre estaban de viajes por lo que se alejó de todo. Cuando yo nací, otra vez intentó tomar contacto y poderme presentar como su nieta pero tras varios intentos y ninguna respuesta se rindió, recién dos años después de mi nacimiento, y con la ayuda de Alicia que para esas alturas ya vivía con nosotros, viajamos a Hamilton la ciudad natal de mi padre pero al llegar a lo que supuestamente era su antigua casa, nos encontramos con la sorpresa de que estaba en venta y que sus padres se habían mudado, fue la última vez que Richard hizo algo por unirnos, después de eso entendió que simplemente no podía seguir rogando atención por lo que nunca más supimos de ellos.

En la tarde, después de clase, me fui a casa con Leonor y Marcia, en ese trayecto Leonor nos contó que su padre le daría como regalo de cumpleaños un viaje a Francia para estas vacaciones de verano, éste siempre había sido su sueño y estaba muy feliz de poderlo hacer realidad; Marcia también lo haría, había pedido el permiso y sus padres habían aceptado, Leonor intentó convencerme de que yo también le pidiera a mi papá ir y darnos un viaje como amigas pero yo no quería y simplemente le dije que no lo haría, habían otros lugares que me interesaban conocer más. Leonor contó sobre todas las partes que recorrerían y Marcia como siempre tan callada solo asentía feliz.

Al llegar a casa me apuré en ordenar las cosas, en unas horas más llegaría mi profesor a enseñarme teoría musical.

Una vez terminada la clase miré la hora, el reloj marcaba las 9:15 pm. por lo que bajé a cenar, no había nadie en la cocina y no quise llamar a Alicia, pues la comida estaba en el refrigerador, solo era cosa de calentarla y comer. Me preparé una ensalada fresca y un juego de melón, con eso era suficiente para dormir sin sentir hambre, tal vez el comer muy pesado me hacía tener tantas pesadillas.

Una vez que terminé me puse mi pijama y mandé un mensaje de texto a papá, los mensajes por "WhatsApp" no los leía pues aun no aprendía como usarlo correctamente, el jamás había sido muy habilidoso con la tecnología; me recosté y después de cinco minutos me llegó una respuesta.

"Querida hija, hoy no llegaré muy temprano a casa, pasaré a darte tu besito de buenas noches a penas llegue, Te quiero mi borreguita.

Tu padre. Richard."

Antes de dormir decidí llamar a David y darle las buenas noches, sabía que a esas horas estaría despierto aun.

- David, hola , llamaba porque te extrañaba y justo me iba a acostar, me di este tiempito antes y sabía que estarías despierto ¿te he sorprendido?- dije con un tono de felicidad.

- ¡Oh pero claro!- dijo con tono irónico- ¿recién te vienes a acordar de mí? ¿no crees que ya es muy tarde?-.

- Siento la hora cariño, pero sabes que antes tenía clases de teoría musical ¿estabas dormido?, sinceramente no he querido molestarte...-

- Amira ¿cómo puede ser que no te des cuenta? se nota cuanto te importo-.

- No digas eso lindo, siento no haberte llamado antes, es solo que estaba muy ocupada y después de clases bajé a cenar y de ahí...-

-  ¡Basta!- me interrumpió- no son las llamadas, eres tan despreocupada, no me tomas en cuenta, es quizás por  eso que esta relación no funciona como debe-.

- Pero David tú eres el que siempre le pone barreras a la relación, no entiendo porque ahora sacas el tema y de esta forma tan...

- ¡Déjame terminar!- dijo gritándome como nunca lo había hecho antes- ¿hoy que hiciste durante el día?, quizás en que estabas tan ocupada que olvidaste algunas cosas, déjame decirte que el sándwich en la cafetería estaba bastante helado, tanto que preferí no comérmelo durante el almuerzo-.

- ¡Dios David, lo siento!, en verdad lo olvidé, estuve con las chicas almorzando en el patio, en verdad estaba tan metida escuchando a Leonor, pero eso no quiere decir... ¿aló? ¿David?- sin darme cuenta estaba hablando sola y nombrándolo aun cuando sabía que ya había colgado.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora