Capítulo 11

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—Me besás para sacártela de encima y vas y estás a los besos justo con ella… Te la quisiste sacar de encima y luego la besas… Y estás cortante conmigo, no me hablás, no me mirás, no sé qué te pasa… Ahora no quiero hablar, hay mucho trabajo… Y el que quiere estar solo ahora soy yo. No me ayudés, yo puedo.

    Se quedó pasmado viendo cómo Gabriel seguía preparando los pedidos. Pero, a los segundos, no le hizo caso y se puso a preparar él también.

     Con el silencio envolviendo a ambos.

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     Siguieron el trabajo en silencio. Gabriel ya ni lo miraba.

     Empezó a preguntarse por qué había hecho eso, por qué la había besado.

     Si había sido para alejar esos pensamientos de la mente, no solo no había funcionado, sino que ahora Gabriel estaba enojado con él.

    Además, seguro era algo físico y ya se le iría a pasar. Con sus acciones, en vez de arreglar las cosas, las había empeorado.

***

    Llegó a su casa a las seis y media de la tarde. Estaba bastante decaído por lo acontecido ese día, por lo que se derrumbó en el sofá, sin saber qué hacer.

     Con lo de su familia casi estaba acostumbrado, era algo de todos los días, pero la situación con Renato lo ponía muy mal. Nunca habían tenido un encontronazo así.

    De pronto, recordó que a Carolina le debía una disculpa, no podía dejar las cosas como estaban después de cómo se había comportado con ella, por lo que sacó su celular y le envió un whatsapp:

Gabriel: Hola, podemos hablar?

     Pasaba el tiempo y Carolina todavía no respondía. Ni siquiera había abierto el mensaje.

     Pero su mente no estaba esperando la respuesta, su mente estaba ocupada en su amigo.

     No sabía cómo distraerse de sus pensamientos, y no iba a volver a tomar.

    Con la intención de dejar de pensar en Renato y en lo que había pasado, entró al blog Fantasía de Tinta y vio que habían recibido nuevos comentarios en los que preguntaban cuándo irían a actualizar. Hacía ya más de dos semanas que no lo hacían. Y ahora parecía que iría a pasar más tiempo, si todo no se había quedado estancado.

      Volvió a salir del blog y entró a TuRedSocial. Lo primero que vio fue la foto de la cena familiar a la que no había sido invitado. Subió rápido esa publicación y se encontró con la última de Renato. La foto juntos en el cuarto del castaño, la noche de los recuerdos, la que también había subido él. Resopló, y volvió a salir de la red social. Eso no estaba ayudando.

         Se quedó dormido un ratito en el sillón, y con el cuerpo casi todo adolorido, se fue a bañar, y luego comió algo.

       ¿Renato estaría comiendo bien?, se preguntó, cuando se llevaba el tenedor con suprema y ensalada a la boca.

      Luego de cenar y lavar los platos, decidió ir al baño para mear y lavarse los dientes, acostarse y ver una película. Seguramente, se dormiría antes de que avanzara lo suficiente, pero quería distraerse e intentar dormir con el silencio del cuarto y la oscuridad, no le haría bien.

      Cuando la película había arrancado ya, sonó el timbre.

      Tal vez la vecina del frente necesitaba que le prestara algo.

     Pero abrió la puerta de calle y se encontró con Renato, que llevaba puesto una musculosa de esas desteñidas de color amarillo y sus acostumbrados jeans acampanados.

Por un besoWhere stories live. Discover now