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— ¿Entonces cómo quieres que hable contigo? ¿Con señales de humo? — refunfuñó BaekHyun, cruzándose de brazos mientras observaba de reojo a KyungSoo

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— ¿Entonces cómo quieres que hable contigo? ¿Con señales de humo? — refunfuñó BaekHyun, cruzándose de brazos mientras observaba de reojo a KyungSoo.

Por el contrario, el aludido dejó escapar un pequeño suspiro.

Sus grandes ojos castaños observaban con cautela el casi desértico pasillo de la facultad, y sus carnosos labios en forma de corazón se escondían tras una gruesa carpeta llena de apuntes.

Encorbó la espalda levemente, intentando apresurar el paso para alejarse de BaekHyun, quien daba votes a su alrededor con una enorme sonrisa posada sobre sus finos labios.

ChanYeol llevaba una buena racha; no había perdido el metro en toda la semana y, por consiguiente, dotaba de una preciada media hora de conversaciones banales junto con sus amigos antes de empezar las clases.

— KyungSoo~

BaekHyun canturreaba, revoloteando alrededor del aludido como si fuera una mosca que intentara captar su atención. Y parecía que aquello surgía efecto.

Sí, se podría decir que los viernes son los días de las excepciones.

— ¿Qué pasa ahora? — KyungSoo cesó su andar de sopetón y miró a su amigo con molestia, aunque una pequeña sonrisa asomaba por entre la comisura de sus labios.

— No quieres... — BaekHyun parpadeó repetidamente y, con sus labios, dibujó una media sonrisa traviesa — ¿No quieres enterarte de la cita de ChanYeol? Recuerda que esto es una cosa que solo va a pasar una vez en la vida. Quién sabe si este solterón saldrá de casa otra vez.

KyungSoo dejó escapar una carcajada limpia que fue coreada por la risa escandalosa de su amigo, aunque, rápidamente, escondió el rostro tras su carpeta.

— ¡Auch! — exclamó BaekHyun, pasando su mano tras su nuca mientras sus facciones se fruncían, claramente sorprendidas.

— Que sepas que yo también estoy aquí — le espetó ChanYeol, observando a ambos chicos con el ceño fruncido—. Y no era una cita.

— ¿Y qué era entonces?

— No, por favor. Tú no, Kyungsoo — se lamentó ChanYeol, alzando la mirada hacia arriba, como si las nubes fueran las únicas que lo pudieran entender.

El timbre sonó, avisando a los alumnos de que las clases iban a comenzar en veinte minutos.

Aquel gesto ocasionó que los otros dos chicos dejaran escapar ruidosas carcajadas que se estamparon contra las paredes del pasillo, ahora repletas de estudiantes.

cheri ~ p. c. yWhere stories live. Discover now