Elaila

Siento caricias en mis piernas, subiendo y bajando, mi camiseta es levantada dejando mis pechos al descubierto, por un momento los malos recuerdos me invaden pero los desecho, me gusta la manera en la que me están tocando, como si fuera a romperme con cualquier toque brusco.

Abro mis ojos encontrándome al dueño de las manos que me provocan innumerables sensaciones placenteras con solo caricias, a la persona que se ha plantado en mis pensamientos generando culpa, inseguridad y curiosidad. .

Adriel se posiciona entre mis piernas aun llevando su camiseta y pantalón, me observa con una mirada tan penetrante que por un momento una idea fugaz cae como balde de agua fría sobre mí, no le gusta lo que está viendo, puede que la luz que se cuela entre las cortinas le sea suficiente para ver las cicatrices esparcidas por gran parte de mi cuerpo.

Posa su mano en mi mejilla, acariciándola suavemente logrando calmar las alarmas en mí, no pasa mucho tiempo cuando comienza a descender por mi cuello y clavícula para llegar a su destino, mis senos.

Con sus pulgares tantea con suavidad mis pezones, una corriente eléctrica se extiende por todo mi cuerpo, lo que me hace cerrar mis ojos y disfrutar de su tacto.

Sus manos suelta mis pezones para posarse en mi cintura y toquetearla con delicadeza, Adriel se inclina sobre mí y posa su boca en uno de mis senos lamiendo y succionando, dándole la misma atención a mi otro pecho.

Su agarre en mi cintura comienza a dolerme, Adriel sube su rostro hasta mi hombro.

-¿Por qué lo hiciste?- Su tono de voz ronca no me es suficiente para salir de mi éxtasis, ni mucho menos su extraña pregunta.

-¿Por qué me traicionaste Ela?- Vuelve a preguntar apartándose de mi con brusquedad, posando una de sus manos en mi cuello, percatándome de la situación abro mis ojos topándose con un Adriel molesto. -Por qué me traicionaste Jade?- Repite la pregunta de nuevo, no entiendo a qué se refiere y aunque tuviera la respuesta no podría contestarle, mi vista comienza a nublarse y siento como poco a poco mi cuerpo deja de responderme.

Despierto con la boca seca, el pecho adolorido y el frío cubriendo mi cuerpo casi desnudo, dirijo mis manos a mi cuello, pero está en perfecto estado, solo fue un mal sueño, suelo tener pesadillas parecidas, pero con una única persona.

Me pongo de pie dispuesta arreglar un poco el desastre que soy para ir a casa de Adriel.

                                                                                  -----❄-----

Seco el sudor de mis manos en mi falda por cuarta vez, ya me entró la cobardía de nuevo, y no por el chico de cabello azabache que estuvo en mis sueños hace un rato, sino por la figura femenina con la que comparte sangre, me siento apenada por lo que sucedió la última vez que vine.

De un impulso que tomo, toco la puerta rápido, antes de que pueda arrepentirme, la puerta se abre y Liria Salvatore aparece ante mí.

-¡Elaila! – Me saluda emocionada en lo que me abraza con efusividad. De todas las maneras en las que imaginé este momento, esto fue lo último que creí que sucedería. – Adelante pasa, Adriel me comento lo del ensayo, me hizo bastante feliz saberlo, al parecer tomaste mi arrebato de locura mejor de lo que pensé.

Mi cara es de total confusión, entro a la casa y ella cierra la puerta, comienza a caminar a la cocina y yo le sigo el paso para no quedarme atrás.

-No entiendo nada Señora Salvatore.

-Dime Liri cariño. – Me dice cuando llegamos a la cocina, hoy está igual de bella que la noche en la que la conocí, se ve alegre, no rota. – Adriel me comento que vendrías hoy, quedaron en hacer el ensayo juntos luego de que tú te ofrecieras a ser su compañera de estudio.

Aprieto mis dientes con fuerza al escuchar esa gran mentira, en el último lugar que quiero estar es aquí, sin embargo, no se lo hago saber.

-Sí, su sobrino es complicado, pero solo es cuestión de conocernos.

-Tonta, Pendeja, Estúpida. Dile la verdad, él es un mentiroso.

-Adriel tuvo que salir hace un momento, no creo que tarde, podríamos hablar mientras lo esperas – Se acerca a la nevera y saca un tazón con fruta.

-¿Me permites ayudarte? – Le pregunto mientras me acerco a ella.

-Cariño, es solo fruta, no ocultar un cuerpo. – Su comentario no hace nada de gracia, sin embargo, hago el intento de darle una sonrisa que se ve muy forzada. – Puedes ir yendo al patio trasero en lo que voy a hacerte compañía.

Salgo al patio, hoy el día a estado excelente, aprecio el césped verde y bien cuidado, el lugar está encerrado con paredes más altas de lo norma, hay un árbol en la parte trasera, debe tener años, es muy grande.
Pero hay algo que llama mucho mi atención y es la gran montaña de arena que hay en un costado, Titán sale de atrás de ella y corre a mí, le acaricio la cabeza con precaución, pero al darme cuenta de que el perro es muy amigable, me agacho y me permito acariciarle el lomo.

- A Titan le agradas mucho  – Escucho decir a Liria – Vamos a sentarnos.

Camino tras ella, pasamos a un lado del gran árbol y detrás de este había un kiosco hecho en madera, me quedo deslumbrada al instante, en el hay un comedor de color blanco, es muy precioso, parece de cuento.

Tomo asiento frente a Liria y me permito tomar el plato de fruta para comenzarlo a comer, Liri solo sonríe a la nada mientras se lleva el tenedor con fruta a la boca

-Lo hizo Adriel, su padre le enseño muchas cosas en su tiempo libre, entre esas cosas estaba la carpintería – Me comentar Liria aun con la vista perdida – Antes de que muriera, ellos había hecho los planos para hacer este mismo kiosco, pero nunca lo llevaron a cabo; antes de venir aquí pedí que lo hicieran, tal o habían planeado, con los detalles en la madrera pero sin una gota de pintura, quería que Adriel se encargara de eso por sí solo, pero me equivoque al pensar que tal vez le gustaría, se enojó y lo perdí muchos días.

No me atrevo a preguntar cómo murió su padre, siento que es inoportuno, pero debió ser muy doloroso para él por su manera de reaccionar la otra noche, en gran parte lo entiendo, yo también perdí a mi padre, lo extraño mucho, siento que era el único que me quería con cariño genuino.

Un pensamiento se me cruza la mente y por un momento dudo si preguntar, pero cuando ya quiero fijarme ya las palabras están abandonando mi boca.

-Liri, ¿Por qué Adriel no comparte tu apellido? – Me mira, desde que estamos sentadas aquí no lo había hecho, llegué a creer que se enojaría, pero no fue así, su mirada y la pequeña sonrisa que tenía solo me transmitían tristeza.

-Te la contare desde un principio para que puedas entender, pero no puedo revelarte el final, eso solo le corresponde a Adriel - Dice en tono de advertencia, hago un asentimiento la con la cabeza para que comience a hablar, posa su vista en la nada de nuevo y comienza contextualizar.

-Mi madre trabajaba en un burdel...

NEEDWhere stories live. Discover now