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O16

CAPÍTULO DIECISÉIS
' muerdeme '

En medio de la incertidumbre por no saber el estado de JungKook, dudamos varias veces de si quedarnos afuera del bosque o entrar a buscarlo. TaeHyung dio la orden de esperar veinte minutos, si en ese tiempo no salía, entonces él iría a buscarlo por su cuenta, prohibiendonos seguirlo, incluso si ninguno volvía a aparecer. Afortunadamente, tres minutos antes del límite, el pelinegro llegó con rasguños en sus mejillas y tajos en su chaqueta. Con tan solo verlo, volví a respirar tranquila.

—¡JungKook! —solloce en sus brazos, y examine que no haya heridas en ninguna parte. Quedé sorprendida por sus mejillas, tenían cicatrices abiertas, ¿Cómo pudo hacerlo si tiene el poder de regenerarse? Mi mano se extendió hasta tocar su rostro pálido.

—Sólo un vampiro puro puede herirnos. —como si leyera mis preocupaciones, contestó— Estoy bien, no pasa nada. —susurró hacía mí, tomando mi extremidad— ¿MinJi está a salvo? —separándose se acercó a su mejor amigo quien la sostiene, la tomó entre sus brazos con delicadeza

—No está consciente, vino aquí con los ojos cerrados.

—Es parte de su juego, los llama en la noche para atraerlos. —chasqueo la lengua— La llevaré a casa. Ustedes cuiden a Yoo Jung.

Fingí no darle importancia a su acción, y que verlo tomar a MinJi –como se llama, al parecer– no me genera una extraña sensación. Mordí mi labio, no me gusta verlos juntos.

—Bien, gatita. Es hora de ir a la cama. —la pelirroja me sostuvo de la mano, y aunque en todo el viaje se la pasó hablando sobre sus aventuras de infancia al lado de su hermano, no le presté atención. En todo lo que pensaba era en el odioso Jeon, ¡Es tan molesto! Tan egocéntrico, tan...

Tan él. Y me gusta, creo.

( ... )

En los pasillos comenzó a esparcirse un rumor, uno que no tardo nada en llegar a mis oídos, igual que una asquerosa plaga el nombre del joven muchacho vampiro empezó a hacer eco; debido a su popularidad en la escuela todas querían un poco de él, llegar a hablarle, a tocarlo, a... besarlo, sin embargo nadie ha podido. Excepto una chica, MinJi. O eso dicen, pues en las últimas semanas no se le ha despegado por nada en el mundo, es la misma con la que hablaba aquella vez en el gimnasio, y con la que ahora comparte almuerzo. Desde la distancia intento adivinar de qué hablan, y me siento... incómoda.

Conmigo nunca mantiene una conversación fluida, si no peleamos es porque me regaña, más allá de eso nunca me busca. ¿Qué tiene esa MinJi? ¿Sabrá sobre ellos? ¿Es su novia? Tal vez por eso la protegió tanto esa noche.