Sueños Robados

CAPITULO 1: PRIMERA IMPRESIÓN

-Camina Yibo.- hablaba la señora Wang una hermosa mujer de alrededor 25 años ojos negros, cabello castaño, labios grandes y rosas, delgada, media alrededor de 1.67 cm, la mujer era muy hermosa envidiada por muchas mujeres ya que su familia estaba construida a base de amor, su esposo y su pequeño Yibo de 5 años eran la luz de su vida - ya casi llegamos ¡Mira!- señalo la casa que estaba en la esquina de aquel vecindario.

-Mami ya me canse, mi mochila pesa mucho.- hablaba el pequeño.

-Vamos Yibo no seas perezoso ya casi llegamos solo unos pasos más ¿Si?- El señor Wang era un hombre alto delgado con un cuerpo bien tonificado, muy guapo, amaba con locura a su esposa y como él llamaba "Al fruto de su amor" su pequeño hijo de 5 años- Si dejas de quejarte papá te llevara a jugar mañana al parque.

-¿Enserio?- sonrió el pequeño Yibo-¿Y me comprarías un helado de banana?- hablaba emocionado el pequeño niño, sus ojitos brillaban.

-Bu.. bueno creo que podremos comprar tu helado.- al mirar la cara de sus padres el pequeño se detuvo y no dijo nada se podía notar como estaba pensando en silencio.

-¿Pasa algo Yibo?- pregunto su madre.

-Si me compran un helado mañana papá ya no tendría para pagar el metro e ir a buscar trabajo pasado mañana y se iría caminando y las suelas de sus zapatos se romperían- bajo la cabeza el pequeño sus ojitos comenzaron a llenarse de lagrimas y suspiro para levantar la cabeza y sonreír- Mejor no me compres nada papá, vamos a la casa nueva.- jalo del suéter de su papá para empezar a caminar, los señores sonrieron su pequeño hijo era tan inteligente y noble.

La familia Wang era una familia compuesta por tres personas el señor y la señora Wang y el pequeño Wang Yibo de cinco años fue un bebé muy deseado su padre amaba con locura a ese pedacito de vida como le solía llamar, ambos esposos trabajaban en una fábrica textilera pero esta cerro por problemas económicos por lo que se quedaron sin trabajo y tuvieron que mudarse de Hunan a la provincia de Sichuan a un vecindario pequeño para lo que gastaron todos sus ahorros y no quisieron tocar los ahorros para la universidad de Yibo querían que el pequeño asistiera a las mejores universidades del mundo, el pequeño también contribuyo con sus ahorros que estaban en una alcancía, en el departamento que solían habitar era propiedad de la empresa así que los desalojaron y no dejaron que se llevaran su ropa o el inmobiliario solo les permitieron llevarse una maleta de ropa, documentos, y el poco dinero que tenían en la mano el cual les permitió sobrevivir una semana mientras terminaban la documentación para poder comprar su nueva casa, al llegar a la provincia de Sichuan e instalarse en su nueva casa comenzaron a buscar una escuela para el pequeño Yibo, camas para dormir, una estufa y ropa para todos.

-¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá!- corría por el pasillo el niño de siete años- ¡Tenemos nuevos vecinos, tenemos nuevos vecinos!- corría en círculos el pequeño.

-Zhan Zhan ya te dije que no corras así o te vas a caer.- regaño la señora Xiao a su hijo.

-¡Es que estoy feliz porque tenemos nuevos vecinos!-

-¿A si? ¿Y porque te pone feliz?-

-Porque tienen un niño.-

-¿Un niño?-

-Sí, es pequeño pero esta bonito, está un poco gordito, sus cachetitos son gorditos y dan ganas de pellizcarlos.- sonreía mientras imaginaba como seria pellizcar los cachetitos de aquel niño.

-¿Con que un niño no? Deben haber llegado mientras nosotros fuimos a ver a la abuela.-

-¿Podemos ir a conocerlos?- insistía el pequeño Xiao Zhan.

-Sí, vamos a ir a conocerlos cuando llegue del trabajo tu papá.-

-Siiii, ¿Puedo regalarle un juguete a mi Didi?- la última frase sorprendió a la señora Xiao.