Capítulo 25

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Si bien el celo de Steve estaba contemplado para algunos días después, Tony jamás pensó que esos "días después" pasarán en un parpadeo.

—¿Steve? —Retrocedio por instinto al ver esa mirada siempre azul cielo, ahora convertida en un azul zafiro.

El Alfa de cabellos rubios avanzaba lento, con la mirada perdida y el cuerpo sudando. Anthony tragó ante la cantidad de feromona Alfa que desprendía.

—Cap, necesito que... —Sintió como lo tomaba de la cintura rudamente. Temió por su integridad.

Ningún Alfa tomaba bien que otro estuviera cerca cuando lo único que pedía su cuerpo era un Omega. Era como retarlo, burlarse de él.

Si, Tony comenzaba a temer; porque Rogers no era sólo un Alfa en celo, sino que era un Alfa súper soldado en celo.

La nariz del rubio viajo a su cuello, jalando todo su aroma a sus pulmones, acariciando la curva entre el hombro y la oreja derecha. Lo sintió tensarse.

—Steve... —El soldado lo tomó de las mejillas y sin decir más, comenzó a besarlo rudamente.

Sorprendido, dejó que Steve abriera su boca con el meñique y dejará que su lengua se paseara por toda su boca; lamiendo sus dientes, succionando su lengua y saboreando su paladar. Jamás había sido besado de esa manera.

Sintió su cuerpo subir de temperatura, gruñir excitado, emocionarse por los toques rudos del Alfa.

—Eres mío. —La ronca voz del soldado recorrió todo su cuerpo, estremeciendolo.

Steve bajo su boca a la mandíbula, mordió despacio, lamiendo lujurioso el vello facial en su cara. Tony jadeo.

—Steve... ¡Ah! —Anthony se aferró a su espalda y disfruto paciente de la boca del rubio.

Las manos de Steve se posaron en su trasero, apretando los glúteos con rudeza, disfrutando de la suavidad de estos.

Rogers gruñó excitado.

Con facilidad, tomó los muslos del genio y lo cargo, pidiéndole silenciosamente que enredara sus piernas en su cintura.

—¡Ah! —Tony sintió la erección del soldado rozar con la suya.

El aroma de Steve comenzaba a estimular su cuerpo.

Entre besos, toques y gemidos, subieron a la habitación del Alfa rubio. Quería que su aroma despertara el celo de Tony, que ambos se sintieran nublados por la lujuria.

Tony fue dejado en la cama; se recargo en su codos y observó como el Capitán se quitaba la ropa sin apartar su mirada feroz de él.

Jadeo ante el espectáculo que el soldado le estaba dando.

—Steve... Dios, eres tan... —Ya desnudo, el rubio se encamino a la cama, se puso encima del castaño y lo beso de nuevo.

Abrió la boca del genio, invadiendo toda la cavidad. Mordió los labios con agresividad.

—Tony... —Steve comenzó a quitar ahora la ropa del castaño, con prisa, impaciente por tenerlo desnudo para él.

Stark se dejó hacer dócil, jadeando ante el calor que sentía. El ambiente parecía estar cargado de feromonas Alfa espesas, buscando adentrarse en sus poros.

Cuando menos se dio cuenta, Steve ya lo tenía boca a abajo, besando y lamiendo el largo de su espalda y mordiendo sus glúteos.

—Te amo.

Tony jadeo ante las palabras del soldado.

•••

El calor nublaba su mente, su cuerpo ardía en los lugares donde Steve tocaba.

Todo en el pedía ser penetrado, morder cualquier cosa y gritar el único nombre que su cabeza aún conservaba.

—Anthony... —Steve se adentraba con violencia en su cuerpo, teniendo sus piernas en los hombros ya rojos.

Era la tercera vez que lo hacían.

Escucho el sonido morboso del pene entrando y saliendo. Jadeo ante la caliente esencia que resbalaba por su trasero.

—¡Ugh! ¡Steve!... ¡Carajo! —Rogers beso el interior de sus muslos, al mismo tiempo que seguía jodiendolo.

Sus caderas estaban cansadas, pero su entrada anal no dejaba de succionar el pene del rubio.

—Tony... Eres perfecto... Tu cuerpo es perfecto... —Steve dejó sus piernas caer, para después cargarlo y dejarlo sentado en sus muslos. Stark se aferró a los hombros del Capitán y dejó que esté lo tomara de la cintura para guiar el ritmo agresivo y desenfrenado de las estocadas.

Anthony gimió en el oído del soldado.

Iban a llegar.

Steve succiono piel de su cuello, justo donde mordería. Tony hizo lo mismo con el rubio.

Cuando el orgasmo estaba por golpear sus cuerpos, ambos mordieron con fuerza, sintiendo como el dolor se mezclaba con el placer.

Tony se mordió el labio al ver cómo su semen no dejaba de manchar el abdomen del Capitán.

—Tony... —Steve se aferró a la cadera del Alfa de cabellos oscuros y comenzó a moverse de nuevo.

Stark lo sintió duro como el inicio, sin embargo, había algo diferente, algo que no debía de estar.

—¡Stev...! ¡Ah! ¡Mierda!

Rogers lo había anudado.

Su espalda cayó en el colchón, el soldado encima de él. Las caderas del rubio no se detenían.

•••

Steve golpeó con fuerza el glúteo derecho del Alfa de cabellos oscuros, mientras observaba morbosamente como la entrada de Anthony se tragaba su falo.

Gruñó ante la erótica imagen.

—¡Steve...! —Anthony sentía su cuerpo pegajoso, sudoroso, cansado.

Rogers parecía un poseído que no dejaba de correrse como un maldito animal en celo.

"¿En serio?" Le reprendió su mente con sarcasmo. Eso era justo lo que Steve era.

Odiaba que el suero en esos momento ayudará a la rápida recuperación del soldado.

—Te amo Tony... —El rubio pego su pecho a la espalda del castaño, lamió su oreja izquierda y observó la marca que le había hecho.

Sonrió al pensar que él tendría una igual.

—¡Steve! —El golpe constante en su próstata derretía cualquier pensamiento coherente.

El soldado se perdió en la sensación de su pene siendo succionado por la entrada anal de su pareja.

Mordió de nuevo la marca, llegando al orgasmo junto con el genio, quién de nuevo sintió como Rogers lo anudaba.

Este era el tercer nudo.

Jadeo con algo de dolor.

—Eres mío Tony. —Steve abrazo el cuerpo del filántropo, derrochando amor en sus palabras.

Ese había sido el mejor celo de su vida.

Tómame, AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora