Epílogo

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Steve se despertó jadeando.

—Buenos días, cariño. —Tony beso el pene erecto de su esposo, sonrió travieso ante la curiosa, y aun, perdida mirada del soldado.

Con rapidez, se subió encima del hombre y sin miramientos, se auto penetró.

—¡Ah! —Steve sintió como su falo era tragado por la entrada caliente y apretada del castaño.

—Pense que jamás despertarías. —Anthony le sonrió sucio, comenzando a montar el pene de Steve.

La cabeza de Rogers se había despejado momentáneamente, para después perderse en el placer.

Tony había despertado más temprano de lo usual, así que aprovechando el tiempo, que mejor que hacerle una mamada a su dormido esposo, mientras se preparaba para recibirlo y esperaba que el rubio despertara. Pudo montarlo aun dormido, pero le encantaba la mirada oscura de Steve cuando tenían sexo.

La mano del soldado se dirigió al pene enrojecido de Tony, el cual se encontraba rebotando en el abdomen ajeno, pidiendo una caricia.

—¡Ah, mierda! —El castaño pego su pecho con el lampiño de su pareja, y siguió moviéndose en esa posición al mismo tiempo que besaba con hambre al Capitán.

Steve jadeo al sentir como el falo del genio se rozaba entre ambos vientres.

Bajo sus manos a las gloriosas nalgas del Alfa de cabellos oscuros. Las apretó entre sus grandes manos, haciendo gemir al millonario.

—Steve, Steve... ¡Ah! ¡Steve! —Tony recargo sus palmas en el pecho del rubio—. Espera...

El soldado no perdió de vista ningún movimiento de Tony. Observó como este se levantó, y por ende, deslizó su pene fuera de la entrada de su pareja. Un sucio "pop" se escuchó al momento en que su erección quedaba fuera del castaño.

Jadeo excitado.

—Te gustará. —Anthony le dio la espalda, y bajo. Steve gruño con lujuria al ver como el trasero de Tony se lo tragaba.

—Oh, Anthony. —Las manos picaron por tocar las nalgas que se mostraban enfrente de él.

Casi pierde la cordura cuando lo vio moverse, montandolo a la inversa, con Tony agarrándose de sus piernas y dándole una increíble vista de como la entrada de Anthony succionaba su pene duro y palpitante.

—¡Joder! —El castaño dejó caer su cabeza mientras seguía saltando sobre el Capitán.

Jamás se cansaría de eso.

Sin poderlo evitar, y queriendo ser parte de la diversión, Steve elevó sus caderas, golpeando los glúteos del castaño.

—¡Steve! ¡Si, ahí! —Anthony sintió que sus piernas se volvían gelatina. Rogers había golpeado su próstata.

El rubio siguió moviendo sus caderas, haciendo que su pelvis chocará con el trasero del genio, jadeando ante la rica sensación de placer, flotando la cabeza de su pene con la próstata del castaño.

—¡Maldición, Tony! —Sus manos se aferraron a las caderas del genio, para aumentar la velocidad de las estocadas—. Eres tan perfecto... Tan mío...

Anthony sintió la boca floja, la cabeza en blanco y como su próstata era dulcemente torturada.

Su saliva escapaba, cayendo a un costado de sus labios.

—Steve, yo... —Sus nalgas fueran tomadas con brusquedad. Tony ahogó un grito.

No necesito masturbarse para venirse con fuerza.

Tómame, AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora