Capítulo 26

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—Buenos días, amor.

Tony gruñó como respuesta; se removió en los brazos del Capitán. Steve sonrió contento.

Anthony parecía un niño pequeño.

—Tony... —El castaño hizo un puchero aún con los ojos cerrados. Se dio la vuelta dándole la espalda—, ¿cómo te sientes?

El genio no contesto en seguida, aun luchaba con la pereza.

—Siento que moriré. —Los ojos del Alfa de cabellos oscuros se abrieron mostrando una mirada brillosa y dormilona—. Me duelen las caderas.

El Capitán sintió su rostro enrojecer. No fue su intención ser tan... Tosco.

—Lo siento. —La mano izquierda del soldado se dirigió a la cadera del castaño y comenzó a sobarla con pequeños roces y diminutas caricias.

Stark suspiró aliviado. Ese mini masaje era exquisito.

Negó. Le dolía la cadera, sin embargo, su instinto no lo entendía. Se sentía erecto de nuevo.

—Maldición. —Susurró el genio.

Quería que lo tomara ahí mismo, pero sabía que no podría caminar al menos por una semana si eso pasaba.

—Relajate. —Le susurró en la oreja el rubio.

Su tosca mano tomó la erección del castaño. Anthony soltó un pequeño gemido.

—Steve...

—No haré nada malo, lo prometo. —Sintió el cuerpo tibio de su pareja pegarse a su cuerpo. Steve también estaba erecto.

Rogers comenzó a mover las caderas, restregando su pene con la retaguardia de Anthony, conforme movía su mano en la erección del genio.

—¡Ah! —Tony se mordió los labios.

Se sentía tan bien. Tener el pene de Steve pegado a sus nalgas era algo excitante y sucio.

Los dedos del soldado acariciaron el glande, para pasar por el tronco y bajar a los testículos; los estrujó suavemente, buscando complacer a su pareja.

—Te amo, Tony. —Suspiró pegado aun a su oreja.

—Yo... Yo más... ¡Ah, Steve! —Stark puso una de sus manos encima de la del Capitán. Estaba por llegar.

El rubio movió su cadera de manera frenética, buscando también su propia liberación.

Con unas cuantas caricias más, Tony eyaculo en la mano del Capitán, al mismo tiempo que Steve mancho su espalda y glúteos de semen.

—Que sucio, Cap. —Anthony ahora estaba de muy buen humor.

Rogers beso su hombro y cuello, admirando la marca en el lado izquierdo.

Se notaba fresca la mordida.

—Tony, ¿crees que está vez sea definitivo? —Preguntó el Alfa de cabellos rubios.

—Espero que si. —Tony, con ayuda del rubio, volteo para quedar de frente—. Esta vez, hubo algo diferente.

Los ojos azules de Steve se mostraron esperanzados.

Ambos Alfas se besaron con calma, de manera lenta y dulce.

—Necesito un baño. —Anthony lo miro de forma coqueta—. Y necesitaré su ayuda, Oh gran Capitán América.

Rogers rio divertido. No podía mantener su autocontrol si Tony lo provocaba de esa manera.

•••

—Llamaré a Pepper y le diré que no iré a trabajar por fuerzas mayores. —Dijo Anthony mientras era dejado con cuidado en una de las sillas.

Steve parecía divertido.

—¿Así? ¿Y cuál es esa fuerza mayor?

—¿Cómo cuál? Fui follado por un súper soldado, eso mínimo debería ameritar un mes de vacaciones.

El rubio negó apenado. En su defensa, Tony no le dio de otra, sí tan sólo no se hubieran bañado juntos...

El castaño, aun con dolor muscular, parecía ser el hombre más feliz del mundo.

Tenía lo que siempre quiso de niño –y adolescencia–, al gran y maravilloso Capitán América. Alfa patriótico y perfecto.

—Oye rubio...

Steve lo miro dándole a entender que tenía su atención.

—Te amo.

Los pómulos del soldado se volvieron rojos, junto con sus orejas. Anthony definitivamente amaba todo de él.

—Desayunemos. —Le dijo el Alfa de ojos azules, dándole un beso en la frente y poniendo manos a la obra.

Stark se dedicaría a disfrutar ese momento.

Tómame, AlfaWhere stories live. Discover now