You'll save ten, but you'll kill seventy

1K 134 22
                                    

Nunca había estado en la mansión de Finn tan temprano y a decir verdad, el lugar es bastante lindo y no tan escalofriante como se puede ver en la noche. El castaño me está esperando en la puerta de su casa y con cada paso que doy hacia adelante siento que mi corazón se acelera un poco más. 

—Te ves sorprendida —lo escucho decir cuando estoy lo suficientemente cerca. 

—Tienes una casa muy linda —respondo colocándome a su lado

Y este es el momento. Ese maldito y condenado momento del primer encuentro luego de tener sexo, que no es tan incómodo como el momento inmediato después de tener sexo pues ahora la adrenalina ya no está y solo quedan dos personas que se vieron completamente desnudas.

Aunque técnicamente estaba muy oscuro para verlo, si lo sentí. 

—Cierto, nunca la habías visto de día —dice Finnegan chasqueando sus dedos.

—¿Para qué querías que viniera tan temprano? —indago. 

Finn sonríe, es algo que está haciendo mucho más seguido. El castaño se acerca a mi, con una sonrisa traviesa en su labios, sonrisa que podía derretirme en un segundo sin que siquiera fuera su intención. 

—¿No me vas a saludar? —murmura en mi oído, erizando los pelos de mi nuca.

—Oh, hola —respondo, completamente avergonzada, dándole un pequeño y corto beso en la mejilla. Dios, hace una semana por poco le rogaba con mi cuerpo que me penetrara y ahora me da vergüenza darle un beso en la mejilla. 

—Hola —responde el pero muy por el contrario a mi penoso saludo, Finn coloca ambas manos en mi cadera y me acerca con un solo y rápido movimiento a él, para plantar un beso en mis labios— Así se saluda a alguien con el que tuviste sexo, pequeña novata. 

—Oye, no era virgen —replico.

—Lo sé, créeme que lo sé pero si pareces toda una puritana en cuanto al post-sexo —señala colocando una mano en mi espalda. Me adentra a la casa y cierra la enorme puerta detrás de mi— Y con respecto a tu pregunta, hay una razón muy especial para invitarte a venir. 

—¿La cuál es?

Finn sonríe pero no me responde y sigue caminando hacia adentro de la casa, conmigo de la mano porque de lo contrario, me perdería. Esta casa se parece a la de Mansión Foster Para Amigos Imaginarios. Hay muchas puertas por todos lados que jamás había visto y también un montón de pasillos, me resulta increíble que alguien pueda vivir aquí, solo. 

Finn y yo subimos las escaleras hasta llegar a su habitación. Inmediatamente, mis mejillas se tornan rojas al pensar en todo lo que hice o dije hace una semana en este mismo lugar.

—Mi sorpresa —dice entregándome una hoja de papel con palabras impresas en ella. 

Recibo con curiosidad la hoja y al verla con más detención, puedo notar que hay nombres en ella, un montón de nombres. Algunos de ellos están tachados con un lápiz rojo. No logro entender la intención de Finn hasta que reparo en un nombre que tiene una linea roja encima.

Spencer Thomas. El chico que yo misma maté de un disparo. 

—Son los invitados de este año —musito, con una voz casi inaudible. Alzo mi vista y veo que Finn tiene los brazos cruzados— ¿Por qué me das esto?

—Porque la vas a necesitar —responde pero cuando ve que no estoy siguiendo sus palabras, vuelve a aclarar— Vas a elegir diez nombres de esa lista, y esas diez personas quedarán exentas del juego. Salvarás diez vidas esta noche, Dandelion. 

—¿Por qué? —pregunto aún mas confundida.

—Porque eso te haría feliz, y daría hasta lo imposible por verte feliz. 

[...]

Lo sé, llega a ser lindo de lo traumado que está. Recuerden que estaré actualizando los martes, jueves y domingos chiquibeibis, así que estén atentas a las notificaciones. 

Ah, y pasense por Who Stole My Nudes? que está en mi otra cuenta @shortyshawn también hay otras historias ahí que podrían gustarles. Eso, les quiero, cuidense y lavense las manos. 

FinneganWhere stories live. Discover now