12- Castigo

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-¿Le gritaste a Umbridge? ¿Pateaste la silla?-preguntó Zachary, cuando terminó de contarle todo lo que había pasado en la cena.

-¡Eso no es lo importante!-exclamó Nicholas, exasperado-¿Escuchaste lo que te conté de Snape?

-Bueno, ¿que querías que hiciera?-dijo Zachary, negando-claramente Umbridge lo acusó de padre ausente en ese pergamino, y a Snape se le debe haber caído la cara de vergüenza, por eso tomó tu castigo y no se lo dejó a ella.

-¿Tu crees?-preguntó el chico, mirando a la mesa de profesores, donde pudo ver a Snape comiendo en silencio, mientras Dumbledore hablaba con él en voz baja.

-¡Claro! ¿Qué dijo que decía? ¿"Que de una vez por toda se haga cargo de lo que es suyo"? Vamos Nick, no hay que ser un genio. Snape fue acusado de mal padre, y debe habérsele caído la cara. Además, claro que no quiere dar esa imagen, puede ser que no te haya reconocido, pero tiene a Jasper y a los mellizos, y tu hermano es un alumno de Hogwarts.

Nicholas miró su plato en silencio por unos segundos, sintiéndose ligeramente tonto. Por un segundo, pero solo un segundo, había tenido la esperanza de que Snape hubiera empezado a tomarlo como uno de los suyos, de que Snape hubiera decidido que debía hacerse cargo de él. Negó. ¿Por qué quería algo así? ¡Tenía a Dumbledore! ¡¿Qué mejor padre que él?!

-¿Estás bien?-preguntó Zachary, al verlo sacudir la cabeza.

-Voy... voy a ir al castigo... mejor no llegar tarde...

-Pero Snape no se ha levantado...

-Nos vemos luego...-susurró Nicholas, sin mirar a su amigo. Tomó sus cosas y salió del Gran Comedor.

Caminó un rato antes de llegar al aula de Snape, pensando en como se sentía. Últimamente se sentía tan confundido, que no entendía ni lo que pasaba por su propia mente.

Se sentó en las escaleras de las mazmorras, con su cabeza entre sus manos, apoyando los codos en las rodillas.

Su padre, ¿a quién consideraba su padre? A Dumbledore, el único que lo había querido, que lo había cuidado, que le había demostrado el cariño que necesitaba. El único que había estado ahí para él.

¿Pero entonces, por qué Snape aparecía en su mente cada vez que pensaba en la palabra "padre"?

¡Era su padre! Pero no lo era. Snape no lo quería. Lo había dejado muy claro. Solo que él... él se había hecho la esperanza de realmente... TENER a su padre, que SU padre, el hombre que lo había creado... lo quisiera. Había sido una cosa de segundos, cuando Evan lo había dicho, que había esperado que Snape lo mirara... ¿y qué? ¿Lo abrazara? ¿Le dijera que siempre lo había sabido? ¿Qué fuera a vivir con él? No. Snape se había ido y había dicho que no lo quería, que se podían quedar con él. Después cuando había aceptado que fuera a vivir a su casa... el corazón de Nicholas había vuelto a sentir la misma esperanza... pero todo había terminado cuando Snape le había dicho "un problema menos". El era solo un problema para Snape, era solo... algo que no podía solucionar, algo que respiraba y se movía, algo que, sin su consentimiento, había creado. Era el error más duradero de su vida. Lo mismo había pasado con su madre, ella tampoco había querido un hijo... el simplemente había llegado para arruinarle la vida. ¿Y ahora se la había arruinado a Riley? Cuando había llegado con el cuerpo de Cedric Diggory... ¿Cuánto faltaba para que también se la arruinara a Dumbledore, o a Zachary?

Eso era lo que él hacía... arruinar a la gente que lo rodeaba.

-¿Qué haces aquí?-dijo una voz, frente a él.

Nicholas levantó la vista, era Jasper, que lo miraba sin expresión en su rostro.

-Tengo un castigo con Snape... estoy esperando.

Nicholas Riggs y la Orden del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora